Aleja del Pilar Oliva Manríquez observaba de un modo intenso la segunda noche del denominado por los entendidos en cosas políticas e historiadores, el “Excelso Festival de las Mentiras,” también conocido por filósofos y teólogos como “La otra Realidad o el Mito de la Caverna Trumpiana.”
Este evento surrealista es más bien conocido como la Convención Republicana 2020 donde seguramente se nominará como candidato a la reelección para presidente en el 2020 nada más ni nada menos que a Donald John Trump.
Repentinamente, Aleja vio aparecer en la pantalla virtual a la exmodelo pornográfica y ahora Primera Dama Melania Trump quien lucía un traje de seda de gusano Transilvano y un peinado en el cual su cabellera caía como una cascada suave y muelle sobre sus hombros. En su pasado como estrella del porno en Europa utilizaba este estilo posando desnuda y calata con otra mujer también desnuda que le aplicaba el abrazo por la retaguardia.
Ahora en el Espectáculo de Variedades del partido republicano, organización más conocida como la Grotesca Organización de Potentados o GOP; Melania vestida con un traje de miliciana estilo tropas de asalto Hitlerianas, comenzó a hablar maravillas de su esposo con el cual no se ha llevado muy bien. Es que el actual presidente cometió uno de sus viles adulterios cuando Melania estaba embarazada y yació a escondidas con otra modelo pornográfica conocida como “Pechuga Hot Daniels.” Esta había recibido 130,000 dólares por parte del presidente para que ocultara el hecho, pero después la ramera se arrepintió y escribió un libro en el que describió con detalles su encuentro sexual y peripecias en el matre con Donald.
A pesar de este vergonzoso hecho, en su discurso, Melania describió a su esposo como un hombre bueno, noble, bonachón, ilustre, distinguido, transparente y compasivo (¡Oh, Dios!), y no copió esta vez segmentos de pasados discursos de Michelle Obama, delito calificado por la gente decente como un vulgar plagio.
Aleja, miraba el plasma y se le venía a la mente el tango que escribió el Che Juan David Ercilla y que cantaba el gran Alfredo de Angelis, “Como nos Cambia la Vida.” La primera dama es la segunda fémina en la historia de los presidentes de los Estados Unidos que no nació en USA. La primera fue la esposa del presidente Adams que era inglesa.
Melani habló muchas demasiadas maravillas de su querido esposo y padre de un único hijo. La exmodelo nació el 26 de abril de 1970 en Novo Mesto, pero creció en Yugoslavia Republica de Eslovenia. Es la hija mayor de Viktor Knaus y de su madre Amalija. Su papi era miembro del Partido Comunista de Eslovenia, aunque ahora se lleva bien con Putin.
Cuando muchachita, Mela participó desde chiquita en concursos de modelaje, más tarde trató de estudiar arquitectura, pero se cuiteó antes de completar el primer año para dedicarse al modelaje a tiempo completo y mostrarse calata sin inhibiciones burguesas o religiosas, aunque afirma que es católica y hasta visitó al Papa.
Para su perfil publicitario germanizó su nombre a Melanika Knaus y viaja a Europa donde posó desnudita en 1996 para la revista pornográfica francesa para hombres “Max.” Pero fíjese usted lo que es la vocación. En enero del 2000, posa también desvestida y despechugada para la revista porno EQ llevando joyas y diamantes, recostada como una eslava Venus en pieles de armiñó a bordo de un avión Trump Boeing 727. ¡Qué coincidencias!
La ahora primera dama se había mudado en el 1966 a Nueva York con una visa de visitante y se asoció con Marie Models y Trump Model Management. Wowwww. Ya en USA la convierten pa’rápido en el 2005 como una residente permanente de los Estados Unidos, logrando rápidamente en el 2006 su naturalización como ciudadana de este país.
Aleja del Pilar reflexionaba viendo este exitoso proceso de naturalización, como a diferencia de Melania, a la mayoría de los inmigrantes como usted y yo nos tomó años y decenios para conseguir una visa de visitante, la tarjeta de residente legal o la naturalización estadounidense.
Cuando alguien venía a USA como visitante o estudiante “no podía trabajar,” cuestión que Melania gracias a sus contactos lo hizo como modelo calata. Sin embargo, la ley tiene dos lados porque a nosotros y nosotras los “sudacas” porque cuando para ganarnos el pan de cada día siendo se nos deporta pa’ rápido y se nos niega la posibilidad de ingresar de nuevo al país o ser ciudadanos.
A Melania se la perdonaron y Aleja recordaba que ésta consiguió la visa de permanencia bajo el rubro de “personas con habilidades extraordinarias,” es decir genios en investigaciones moleculares, biólogos con especialidad en genética y otras especialidades. A Melania le bastó con posar calata y ser amiguita de Trump.
“Pero hay más,” reflexionaba Aleja del Pilar Oliva mirando a Melania la primera dama hablando maravillas de su esposo cuando hay muchas fotos que han mostrado recientemente a la primera dama evitando el caminar al lado de Donald o rehusar darle la mano. Como estaba enojada por esto de la ramera Pechuga Daniels, su esposo la envió por un tiempo con el servicio secreto y todos los gastos pagados al África para que se le pasara el mal rato.
Ahora dicen que finalmente se resignó y perdonó a su cónyuge a cambio de traer al país a sus padres a través de un sistema que también se ha negado a los inmigrantes latinos y es la posibilidad de traer a los Estados Unidos a nuestros familiares desde nuestros países de origen. De este modo, Viktor y Amalija entraron por la puerta ancha y como decía un naturalizado mexicano a quien se rechazó su petición de traer a su madre que requería servicios médicos especializados, “esto es lo que pasa cuando uno no tiene contactos ni es modelo porno.”
Todo esto pensaba Aleja del Pilar Oliva mirando la metamorfosis de Melanija Knaus, ahora llamada Melania Trump, ahora una furibunda atacante de los inmigrantes latinoamericanos que se ha aprovechado muy bien de sus encantos para conseguir mucho y macho.
Mirando el Festival de las Mentiras, Aleja no pudo olvidar que en los tres meses en que Melania estuvo en Nueva York y no en Washington dizque cuidando al hijo; el presidente gastó $675,000 dólares en sus viajes aéreos con el escuadrón del servicio secreto entre el aeropuerto JFK y Florida.
“Eso lo pagamos los que le mandamos chavos al gobierno con los condenados impuestos,” pensó Aleja que finalmente se durmió con sentimientos de impotencia e irrealidad cuando la primera dama decía en la convención aludiendo a su pareja, “he has his brain, and I have my brain.”
Por supuesto, aunque los dos son unos buscones.