Por Hernando Diosa
Tal vez usted no lo sepa, o nadie se lo ha dicho, o no se ha enterado a través de los medios de comunicación. Lo cierto es que no debemos dejar de ignorar un grave problema de salud que está afectando a los residentes de toda la nación. Se trata del alarmante aumento de amputaciones entre latinos y personas de raza negra que padecen de diabetes tipo-2, según lo afirma un reporte dado a conocer hace pocos días por expertos de la salud.
De acuerdo con el informe, más y más diabéticos están sufriendo esas amputaciones debido a la falta de concientización e información sobre lo que se debe hacer, y los tratamientos que existen, a los cuales deberían tener más acceso las minorías.
Para tratar el tema y buscar la manera de que miembros de la comunidad latina se enfoquen un poco más en este problema, invitamos a nuestra redacción al Dr. Fernando A. Piñero, un cirujano podiatra de “Yale New Haven Hospital”, quien además de tratar diversas afecciones del pie y del tobillo, se especializa en complicaciones relacionadas con la diabetes y enfermedades vasculares, y esto fue lo que nos dijo.
¿Primero que todo, cuéntenos un poco acerca de usted Doctor Piñero?
– Bueno, yo nací en la base militar de Fort Campbell, en Kentucky Tennessee, porque mi padre estaba en la milicia, y era doctor o podiatra como yo, en donde se encontraba terminando su residencia. Ya una vez terminado su entrenamiento quirúrgico allí, se regresó con mi mamá -y este servidor-, a vivir a Humacao, en Puerto Rico, su tierra natal. Él, se radicó allí porque era un municipio próspero de muchos negocios, con muchas estructuras nuevas, y adonde la gente llegaba. Luego de instalarnos allí, mi padre empezó a trabajar como podiatra en un hospital del área, en donde todavía sigue ejerciendo. De esa manera fue como yo me fui criando en Humacao, en donde hice mis estudios de kindergarten, elemental, intermedia, escuela superior, y -más tarde-, pasados 4 años, pude graduarme con un bachillerato en Biología, en la Universidad de Puerto Rico. Después de ahí, me tomé uno o dos años en lo que aplicaba a la escuela de medicina. Fue así como más tarde, terminé estudiando medicina podiatrica en el colegio “College of Podiatric Medicine”, de Nueva York, a donde me mudé en el 2014.
Veo que además de ser una autoridad con relación a la diabetes, usted es un especialista en otros campos de la salud en general. ¿Qué nos puede decir al respecto?
– Eso es así. Básicamente realizo también cirugías de pie y tobillo, que se hacen por múltiples razones. Ya sea por diabetes, pies planos, artritis, juanetes, dedo martillo, dolor de talón, tendinitis y más. Obviamente se trata todo conservativamente por equis periodo de tiempo, y si el paciente no mejora, entonces se procede quirúrgicamente.
Dr. Piñero: Hace días leí un reporte medico en donde hacen sonar las alarmas por el creciente número de amputaciones que se están dando por estos días entre latinos y afroamericanos, como consecuencia de la diabetes tipo-2 ¿Qué es lo que está sucediendo?
– Lamentablemente, la diabetes trae consigo muchas otras complicaciones, por lo cual es importante reconocer que la enfermedad -primeramente-, te puede afectar tu habilidad de batallar contra infecciones porque si no está muy controlada te pone en un estado de inmunosupresión en donde tu sistema inmunológico no es muy bueno. Así que una infeccioncita donde normalmente alguien que no sea diabético se cura de uno a tres días con un poquito de triple antibiótico, para otra persona puede terminar en sepsis (shock séptico), o algo peor. Hay que tener bien en cuenta que lamentablemente la diabetes afecta todo en el cuerpo, aparte del sistema inmunológico especialmente la circulación. Así, que varios de los pacientes que son diabéticos por muchos años no tienen buena circulación en sus cuerpos, y por eso se les compromete. Y entonces eso pues -número 1-, te puede terminar en gangrena, porque la circulación deja de llegar a ciertos puntos del pie o de los dedos. Y eso también no te deja sanar bien porque se necesita un buen flujo de sangre para poder llevar esos nutrientes y oxígeno para que el área sane. Esas son varias de las complicaciones que pueden pasar debido a la enfermedad. Y otra es la neuropatía, que desafortunadamente afecta los nervios. En este caso, las personas dejan de sentir. Por ejemplo, no sienten por donde están caminando, y por esa causa, se pueden enterrar algo sin darse cuenta de lo que les está sucediendo, hasta que hay una infección en el pie. Cuando esto sucede, puede ser ya muy tarde, por lo cual pueden terminar con amputaciones parciales, menores o mayores por diferentes razones. Hay ocasiones en que a primera vista no se ve si necesitan una amputación mayor como debajo de la rodilla, debido a que el paciente es diabético, no tiene un buen flujo de sangre, y no hay cómo mejorárselo. Y no todo es eso. También hay problemas cuando algunos de esos pacientes están en diálisis, porque la diabetes además afecta los riñones. Y como resultado de todo esto, a veces, ese paciente usualmente termina con amputaciones mayores.
¿Y por qué últimamente se está presentando ese incremento de amputaciones entre negros e hispanos?
– Yo creo que ahí si existe realmente un efecto socioeconómico de verdad. Las tiendas y el poder adquirir o comprar comida saludable exponen un problema, porque obviamente todo está caro. Personalmente, considero que es el factor social, económico y cultural lo que lleva a esto. El problema en si es que los alimentos a los que accedemos diariamente tienen un índice de azúcar verdaderamente muy alto, y -por el contrario-, nosotros no estamos acostumbrados a comer algo distinto como es el caso de los vegetales. Lo que erróneamente ponemos en la mesa continuamente es el arroz, la pasta, cereales, las frituras, y los dulces, que son buenos para el paladar, pero malos para la salud. Considero que esos alimentos son el factor más grande en los problemas de la salud, especialmente la diabetes, y, por consiguiente, las amputaciones.
¿Doctor: ¿A cuál género y a qué edad ataca más la diabetes tipo-2?
-Fíjese que no le sabría decir con números específicos algo al respecto. Yo lo veo bastante equitativo entre hombre y mujeres. Y en cuanto a qué edad se podría desarrollar la enfermedad, yo diría que muchos la adquieren empezando a lo mejor los 40 o los 50 años, en donde cada uno de nosotros nos encontramos en la época más productiva de nuestras vidas, teniendo hijos y trabajando arduamente para buscar el sustento familiar. Ese es el motivo por el cual muchos de nosotros, no buscamos el tiempo adecuado para ejercitarnos o para preparar una comida saludable y mantenernos sanos. A esas alturas, lo que hacen las personas es trabajar, trabajar y no se cuidan. Y además están también come que come, por el estrés que los absorbe. Todo eso en definitiva es algo que tiene mucho que ver con esta enfermedad.
A usted le toca en su trabajo diario, dictaminar en qué lugar del cuerpo hay que cortar para tratar de salvar tal vez -con una amputación-, la vida de un paciente. ¿Cómo se da cuenta en qué lugar se debe proceder?
-Hay veces el cuerpo te deja saber hasta donde hay buen flujo. Usualmente los pacientes cuando confrontan una situación de esas acuden a nosotros los podiatras, aunque usualmente también tienen un doctor vascular, o un endovascular de por medio, que son los que nos ayudan a mejorar la circulación si es posible. Hay veces esto se puede hacer endovascular mente; o sea, con un tratamiento mínimamente invasivo. Hay que tener en cuenta que cada paciente es diferente y cada uno de ellos es bastante único en su género y presenta una problemática propia. Obviamente, los doctores examinan, para poder dictaminar lo que necesita ese paciente en particular. De todas maneras, para determinar donde amputar, le puedo decir que eso se define cuando nosotros objetivamente sabemos a qué nivel tiene buen flujo de sangre un paciente en particular. Porque, si amputas en un lado que no tiene un buen flujo de sangre, pues sabes que eso se va a morir en uno o dos días. Y vuelvo y repito: Nosotros tenemos que amputar a cierto nivel, donde sabemos con certeza que esa área va a sanar. En otras palabras, si tenemos un enfermo que presenta un buen flujo, y entonces nosotros cortamos solamente hasta el nivel donde el tejido se ve que está normal, es decir, que no hay infección después de ese punto. Además de comprobar que los tejidos están bien en donde vamos a cortar, tomamos en cuenta también si hay infección de huesos, para lo cual procedemos a hacer una resonancia magnética o MRI, que alerta hasta que nivel hay un hueso afectado. De todas maneras, hacemos muchas pruebas y exámenes que nos dejan saber a qué nivel podemos cortar. Hay que tener en cuenta que en ocasiones encontramos en los pacientes una úlcera, un hueso infectado, o una gangrena, y eso cambia todo. Esa es la razón por la cual, para poder proceder, revisamos al paciente completamente, de pies a cabeza, con exámenes clínicos y físicos, para obtener de él un completo historial. Luego de esto traemos a los otros especialistas, que son usualmente los doctores vasculares, endovasculares y los inspectores, para llegar a un acuerdo en general. Para estos procedimientos, somos tres clases de doctores los que dictaminamos los pasos a seguir en cada paciente, para el buen éxito de esas operaciones.
Los expertos de la salud a nivel nacional han declarado que se están haciendo más esfuerzos para tratar de obtener la medicación y el tratamiento a tiempo y acertado para esta clase de pacientes, con el fin de evitar que se tengan que someter a esta clase de amputaciones.
Se estima que unos 30 millones de ciudadanos en los Estados Unidos sufren de diabetes, por lo cual, los médicos como el Dr. Piñero, recomiendan a todos los adultos de más de 40 años realizarse un examen sobre la diabetes, para poder evitar así en el futuro, tener que enfrentar el cuchillo. Uno nunca sabe lo que llevamos en el cuerpo…
Algunas de las áreas de enfoque en la práctica medican del Dr. Fernando A. Piñero incluyen diabetes y enfermedades vasculares, cirugías del pie y el tobillo, lesiones deportivas, ortopedia pediátrica, y medicina conservadora.
Usted puede comunicarse con el Dr. Fernando A. Piñero, llamándolo a su consultorio “Affiliated Foot & Ankle Surgeons (AFAS)”, al número telefónico 203 -397-O624 o en www.ctfootandanklesurgery.com, en sus oficinas situadas en el 508 Blake Street, de New Haven, CT