Por Hernando Diosa
Profesor Arboleda: Habiendo sido usted el precursor y principal impulsador por un cuarto de siglo de los programas de Southern Connecticut State University de verano en España, ¿qué siente ahora, luego de tres años de haberse jubilado y no poder ser más el estandarte de tan exaltable misión?
– Antes de entrar a responder a su pregunta, permítame compartirle mi más sincero agradecimiento no solo por procurar este diálogo sino también por haberse dignado a leer mi libro sobre nuestras experiencias culturales y académicas en España durante un poco más de 25 años.
Realmente me siento muy orgulloso de haber podido cumplir con la misión que me encomendó mi universidad Southern Connecticut State University desde que me contrató como profesor de tiempo completo en el año de 1988. Anteriormente ya había trabajado como asistente del director de los programas de la Universidad de Syracuse, en Madrid y esta experiencia me motivó a entregarme con mayor entusiasmo a tan importante desafío y experiencia profesional.
Después de todos estos años de trabajo ininterrumpido al lado de cientos de estudiantes nos queda la satisfacción y alegría de haber profundizado en la comprensión y valoración de nuestra propia cultura y de la misma manera, en el entendimiento de otra cultura también grande y hermosa como lo es la de España. Un diálogo cultural e internacional muy enriquecedor.
Como consecuencia de ese retiro, ¿alguien más ha tomado las riendas de esos programas, o -por el contrario-, todo se ha echado al olvido?
– Sí, por supuesto. Un año antes de haberme decidido por la jubilación solicité una reunión con mis colegas y la directora del Departamento de Lenguas Modernas de SCSU, la Dra. Resha Cardona para manifestarles mi deseo para que, de común acuerdo, se eligiera una o un nuevo director del Programa de SCSU en Salamanca, España. Escogimos por unanimidad a dos colegas, la Dra. Miaowei Weng quien ha venido llevando a cabo una encomiable labor durante los últimos tres años y al Dr. Rafael Hernández, quien asumirá el cargo a partir del verano de 2025. Lógicamente esto es una muestra de que el espíritu de mantener el programa en España sigue vigente.
Siendo usted un experto en el incongruente mundo de Don Quijote ¿Cómo y cuándo logra usted amalgamar y darle forma a su proyecto?
– Interesante pregunta. En primer lugar, es bueno que haga referencia a la gran novela El Ingenioso hidalgo Don Quijote de La Mancha, escrita por Miguel de Cervantes en 1605. Esta obra funda justamente la modernidad literaria e inaugura el género novelístico tal como se entiende en los siglos siguientes, un género basado en la reflexión y autorreflexión profunda de la condición humana. Mi primer viaje a España como estudiante aspirante a doctorado en literatura española coincide con mi labor como asistente del programa internacional de la Universidad de Syracuse en España en el año de 1985. Esto indudablemente tiene una muy profunda relación y repercusión académica y profesional. Esa experiencia académica me lleva a realizar mi gran sueño, completar mis estudios de doctorado con una tesis titulada “Teoría del Metateatro en Cervantes” (1990) y publicada un año después en un libro auspiciado por la prestigiosa Universidad de Salamanca, España. Justamente en ese año inicié mis aventuras culturales a nivel internacional, esta vez con un primer grupo de veinte estudiantes graduados y subgraduados de SCSU.
Con relación a las memorias surgidas en el desarrollo de esos viajes de estudio y también al testimonio fraternal de quienes fueron parte integral de esos programas, usted publicó un libro al respecto, titulado: “De Connecticut a Salamanca 1990-2015: 25 años de educación internacional marcando la diferencia”. ¿Nos puede hablar un poco con relación a su contenido?
– Por supuesto. Antes le comparto una hermosa cita de Nelson Mandela sobre la importancia de la lengua:
“If you talk to a man in a language he understands, that goes to his head. If you talk to him in his own language, that goes to his heart.” (“Si hablas a un hombre en un idioma que entiende, eso va a su cabeza. Si le hablas en su propio idioma, eso le llega al corazón”)
La idea de esa publicación conmemorativa está ligada a mi deseo de compartir con el lector algunas reflexiones de todos los que hemos hecho posible el sueño de este proyecto de educación internacional entre nuestra universidad (SCSU)-New Haven y Salamanca-España. Tal como lo menciona el Dr. Ricardo Navas Ruiz, prestigioso hispanista y uno de nuestros colaboradores en Salamanca:
“El suyo (nuestro programa de SCSU) es un viaje de amistad, celebración, desafío y aventura. También es una historia de inspiración, y un recordatorio para todos nosotros de las posibilidades que pueden surgir cuando abrazamos nuevas experiencias y tratamos de profundizar en nuestra propia comprensión de los demás de todo el mundo”.
En efecto, durante todos estos años nuestros estudiantes han experimentado que, en Salamanca, Ciudad del español, se vive la Historia, porque es una ciudad que invita a soñar. Patrimonio de la Humanidad desde hace más de 25 años, Capital Europea de la Cultura en 2002 y, sobre todo, una ciudad muy cómoda, apacible y segura. Los materiales incluidos en este libro apuntan a mostrar cómo a través de la participación en programas de estudios en el extranjero, los estudiantes y sus profesores se sumergen en experiencias que les cambian la vida y que no sólo mejoran sus objetivos académicos, sino que también amplían sus aspiraciones personales, interculturales y profesionales futuras. Las experiencias y amistades que se forjan a través de los programas de estudios en el extranjero tienen el potencial de cambiar las perspectivas de los demás de una manera que no sólo cambia la visión del mundo, sino lo que es más importante, la creencia en los que nos rodean. Las conexiones que se establecen en el extranjero pueden tener repercusiones para toda la vida.
En los días de celebración de los 25 años del programa, usted personalmente le sugirió al alcalde de Salamanca, Alfonso Fernández Mañueco, que por favor considerara la posibilidad de establecer un hermanamiento cultural entre Salamanca y la Ciudad de New Haven. ¿Ha habido algún acercamiento?
Desafortunadamente, y por situaciones de diversa índole, no ha habido un seguimiento a esta idea. Una de las razones más profundas quizá fue la pandemia de COVID19 que generó una onda expansiva que afectó a toda la economía mundial y desencadenó la mayor crisis en más de un siglo. Afortunadamente, poco a poco las economías emergentes y los sectores y áreas desfavorecidas (como por ejemplo la educación) han ido sobreponiéndose de las profundas inconveniencias causadas por la pandemia.
¿Estaría usted dispuesto Dr. Arboleda a conversar con las autoridades de New Haven para tratar de conciliar esa posibilidad?
Sí, claro. Mi compromiso con y por la educación es y será siempre uno de mis proyectos de vida. Ahora, después de casi tres años de haberme jubilado, y como Profesor Emérito, siento que mi espíritu de educar sigue estando iluminado. Mientras esté encendida en mí la llamita del amor por y para la educación, siempre estaré dispuesto a colaborar con mi universidad y con la comunidad de Connecticut a quienes considero parte importante de mi vida y mi familia. Creo que la esencia de los hermanamientos entre pueblos, ciudades y/o países es una muy bonita forma de promover la paz, la cultura y el bienestar de los pueblos en particular, y nuestro planeta en general. A propósito, merece la pena recordar que el primer hermanamiento de ciudades en Estados Unidos se hizo entre la ciudad de Toledo, Ohio y Toledo, España, en el año de 1931.
¿A más de 3 años de haberse retirado de la labor académica en Southern Connecticut State University, todavía se comunican con usted algunos de esos estudiantes que se beneficiaron y lo acompañaron en sus programas de verano?
Sí. Siempre estoy en comunicación virtual o presencial con algunos de los cientos de estudiantes que tuvieron el honor de participar activamente como embajadores culturales de Connecticut en Salamanca y como embajadores culturales de la ciudad de Salamanca en Connecticut.