Transcurría el minuto 94, y en un contra ataque del New York City FC, el balón lo tomo el delantero Julián Fernández, que sobre la carrera y con un toque mágico sobre el arquero del Columbus Crew, Patrick Schulte, lo vence para anotar el gol del triunfo y de una épica “Noche Latina” donde el estadio reventó de gritos y alegría, ante un rival fuerte, aguerrido y luchador que se quería llevar del Yankee Stadium, por lo menos un empate. Con dos goles goles de Hannes Wolf (45 min. y 73 min) y el remate de película de Fernández para aniquilar al rival, los “baby-blue”, se apoderan del quinto lugar con cincuenta unidades, por encima del Inter Miami de Lionel Messi, en la sexta posición (49 unidades) y a siete puntos del líder de la clasificación general Philadelphia Union.
Y es que todo parecía perdido para el equipo local en la segunda parte, con un gol menos, y dos bajas grandes como la de Maxi Moralez y Alonso Martínez, que tuvieron que dejar el campo para darle ingreso a Agustín Ojeda y Julián Fernández, que entraron con piernas frescas y una actitud grande para remontar el marcador y darle un angustioso y épico triunfo a la afición de Nueva York. Y repito, no fue una noche cualquiera, porque el Columbus Crew, vino decidido a robarse los tres puntos con carácter, fuerza y buen futbol. Nunca se dieron por vencidos y dieron la batalla hasta que el árbitro pito al minuto 96. Fue una batalla campal, un partido de ida y de vuelta, de gran velocidad, de fricciones, de grandes atajadas y de cinco golazos que el público pudo disfrutar.
Y, esta vez le doy todo el crédito de esta magnífica victoria a su técnico, el londinense Pascal Jensen, quien en un momento del partido decidió cambiar el rumbo del encuentro y tuvo la osadía de oxigenar la zona medular sacando a su máxima estrella y líder del equipo Maxi Moralez, para darle ingreso al joven jugador Julián Fernández, quien, sin saberlo, se iba a convertir en el anotador del gol del triunfo. Y, el otro cambio que le dio resultado fue la salida de Alonso Martínez, que se notaba cansado y con poco aporte en la segunda parte, y para darle más movilidad, velocidad y agresividad en el ataque con Agustín Ojeda, que llego a sacudir a la zona defensive del conjunto de visita.
Ahí, estuvo la clave del éxito y del triunfo, en esos dos cambios. Los dos llegaron con un propósito que, aunque parecía imposible de remontar el marcador y sacar una victoria, se dieron los dos objetivos; y en una forma tan especial, que solo la afición entendía, y por eso, solo se abrazaban entre risas, gritos y lágrimas de emoción. Es una noche para recordar, para disfrutar y para seguir acompañando a los baby-blues, que repiten Localia este sábado 20 de septiembre contra el Charlotte FC y el día miércoles 24 de septiembre contra el Inter Miami aquí en nuestro patio. Son dos partidos vitales, de urgencia de puntos y contra rivales directos a los cuales se les puede ganar y seguir asegurando un puesto en los playoffs.
Pero hablemos un poco de lo que fue el partido anoche, donde hubo un primer tiempo escaso de futbol, jugado más que todo en la zona medular y con un aburrimiento total para la hinchada, que esperaba a dos equipos aguerridos y con ganas de sumar y de ganar. Ese primer tiempo fue para el olvido, ya que la primera anotación del equipo de visita fue a través de una infracción que solo vio el árbitro y decreto un tiro desde los doce pasos que ejecuto Daniel Gazdag, y que no pudo detener nuestro arquero Matt Freese de gran actuación en los 90 minutos. Después de que el árbitro le anexara 4 minutos de tiempo el delantero Hannes Wolf, aprovecha un descuido de la zona defensive del Columbus Crew y empata el partido 1-1, y así se van a los camerinos para preparar la segunda parte.
Y, como ya sabemos, esta segunda parte tuvo de todos más goles, más emoción y dos ídolos por el lado de los nuestros. Uno, fue Hannes Wolf, que, con sus dos goles, nos mantenía vivos en el Partido. Apareció en los momentos decisivos para alargarnos la felicidad y para mantener la fe intacta. Y, por el otro lado e; argentino Julián Fernández, quien se robó el show con su golazo y su toque mágico sobre el portero de visita, que solo voló, para la foto, porque el balón desde el momento en que Julián recibe la esférica, y con gesto técnico, la pica por encima de la humanidad del arquero que nada podía hacer ante esta épica obra de arte. ¡¡¡Que golazo señoras y señores!!!
Esta fue una victoria necesitada, urgida y que dependíamos de ella porque el rival era directo y teníamos que ganarle para seguir vivos y metidos en el grupo de los grandes. Así se deberían jugar todos los partidos, hasta que el árbitro lo termine, o hasta que el triunfo sea la única opción. Que bueno ver la afición feliz, disfrutando de un equipo que la lucha, la pelea y le da victorias de esta magnitud. En la noche Latina, el equipo no nos falló y por e so tendrá todo nuestro apoyo… El sábado y el miércoles estaremos ahí en el estadio apoyando al New York City FC.