Pregunta
Respetadísima Tía Julia:
Espero que le hayan pasado bien el cuatro de julio. Nosotros con Daniela, mi distinguida esposa lo pasamos encerrados por el humito y la lluvia, pero admirados de la gente bruta a las que si le tiran pasto se lo comen.
En el edificio del lado hicieron barbikiú en el sótano y tiraron mucha humareda y tizne al ambiente y yo creo que la carne que asaban era de algún pobre equino porque no olía bien. Otros enloquillados tiraron balas y fuegos de artificio al aire en un tiempo donde hay incendios y asustan a los perritos y gatitos. ¡Oh, Dios! Menos mal que llovió mucho demasiado y la gente algo se tranquilizó, pero aún queda verano y los pistoleros andan en la calle.
Por estas razones le escribo amargado desde “la Flor del Norte” es decir Holyoke, Massachusetts, donde no tenemos todavía acceso al océano Atlántico ni a grandes lagos por lo cual nos sentimos más o menos seguros ya que también anuncian que subirán las aguas y que Miami se irá a ajuste como el submarino Titan. Pobre gente que pagaron 250,000 dólares para quedarse allá abajo.
Estamos casados con mi esposa por 33 años y aunque nos matrimoniamos cuando teníamos 20 pepas, nos mantenemos muy bien, especialmente ahora que nuestros hijos, aunque los queremos mucho, están gracias a Dios lejos de la casa, pero llaman cuando necesitan chavos.
Le escribo para consultarle acerca de la relación con mi esposa que ahora a los “ticinco” se cree nena y le encanta vestir con unos shorts más cortos que los cheques enviados por el SSI. A Daniela le encanta ahora meterse en las fiestas de teenagers y bailar ritmos como el “merengue despacito” y el “Regetton con punteo,” con mozalbetes desvergonzados.
El otro día fue sola al cumpleaños de una sobrina mientras yo me quedé mirando un juego de los Yankees. Allá se dio unos palos de más y llegó por la noche mareada y con un fuerte dolor al tobillo izquierdo ya que se entusiasmó bailando salsa retro. Le tomé pa’rapido la presión arterial y la tenía 100 sobre 190 con el pulso en 93.
El azúcar lo tenía sobre los 250 y la llevé pa’rápido a emergencia donde después de cuatro horas de exámenes le encontraron el colesterol más alto que el precio de la gasolina regular (4 dólares), y una tendencia a que su motorcito sufra del soplo.
Daniela comenzó a tomar los medicamentos que le recetaron, pero ahora los dejó y continúa con sus fiestecitas. Se queja además de un dolor a la cintura y, gracias a Dios, ahora no le caen muy bien la morcilla ni el bacalao que comía constantemente con yautía, ñame, cebolla fina y aceite de oliva resbaloso que compraba en un CTown donde conseguía La Voz.
Lo que me dejó la moral más baja que muleta de cocodrilo fue un video que mostraron en Facebook donde aparece mi esposa bailando con un tipo que está detrás de ella bien pegado y que de vez en cuando le metía palmadas en las nalgas gritando; “¡muévete mulata, como anoche!” Cuando la confronté me respondió con una lacónico “eso no es nִá” y yo le respondí si eso no es ná, ¿cómo será lo otro? Allí se enojó gritándome ¡degenerado mal pensado! Y no quiere dormir conmigo.
Tía, mi esposa no quiere asumir que ya es casi adulta mayor y que se ve mal con shorts muestra glúteos, minifaldas y escotes. Además, se tiñó el pelo de rojo. ¿Qué me dice usted que ya debe tener su misma edad?
Agradeceré su respuesta y espero que se lo pasen bien. Por su edad, cuídese del humo, la calol y use la mascarilla reforzada.
Sinceramente,
Tony
Respuesta
Tony,
Con reticencia me he dado el trabajo de leer tu largo y aburrido texto que tiene más faltas de ortografía que los que envía el loco Trump, incluso cuando les habla y vocifera para animar a los racistas y KuKuclanes. También les advierto a tipos como tú que no me corran la máquina por lo de mi supuesta y alegada edad o condición matrimonial. No he llegado más nunca a los extremos de tu distinguida esposa que usa shorts vergonzosos para una dama que se respete. Lo del pelo rojo es otra changuería y un día con tanto tinte barato se le caerá el pelo como le sucede a algunos dibujantes.
Aceptar el paso del tiempo no es fácil y muchos poetas, músicos, locos, deprimidos, políticos, iluminados, charlatanes, candidatos para alcalde, filósofos y tostados, meditan diariamente acerca de este hecho que nos pone ansiosos y mirando para adentro.
Sin embargo, debes recordar dos cosas. Una de ellas es que los seres humanos somos muy distintos y diferentes, y la otra es que tenemos que hablar sin tapujos acerca de la vejez orgánica, y la espiritual. En el caso de ustedes se ve que no coinciden y hay un desbalance de conducta del mero.
A diferencia tuya, Daniela es una de esas personas que se sienten emocionalmente jóvenes y rehúsan excluirse de ciertos aspectos de la vida propios de la juventud tales como bailongos, merengues con toque y vacilones. Estoy segura de que no le caen bien los Centros de Adultos mayores, pero ya su esqueleto, los ligamentos, músculos y tendones no son los mismos.
Tony, realmente te admiro por tu paciencia, pero esta cualidad que dicen tenía San Esteban no es como el elástico porque que en algún momento se corta y allí vienen las tragedias y los machetazos.
Lamentablemente, Daniela no ha entendido que el cuerpo humano es más frágil que un ojo de vidrio y los órganos se van agotando, poniendo así límites insalvables a lo que nos pide nuestro espíritu y el instinto innato del vacilón que heredamos como pecado original de Adán y Eva.
Te diría que hables con sus médicos para que le insistan en lo de las medicinas, pero déjala ir a fiestas y vestirse como le de el gusto y gana, salvo que quiera practicar el nudismo y tengas que recluirla en el Instituto of Living. Y tú, ¿porque no la acompañas o es que te vas al gimnasio? Hummmm.
Olvídate de separarte e irte de la casa para vivir con tu hermano y escuchar sus historias tristes de resentido cornudo. Si la cosa con Daniela se pone más seria que los incendios forestales canadienses, busca ayuda con un consejero matrimonial de Holyoke o uno en Hartford al que apodan Buda. No la juzgues en demasía ¿No será que ella baila el merengue de espalda a la pareja para cuidarse de las variantes de los virus? Es posible.
Sin embargo, aprovecho tu consulta para enviar a mis lectores una pequeña prueba que, de acuerdo a los puntos acumulados, les indicarán si es usted es o no una persona de la tercera edad, ahora en el mes de julio del año 2023, una con calor y humedad del mero diache..
1. Cuando se matrimonió les sacaron fotos con una polaroid y les dijeron “miren el pajarito”?
2. ¿Cuándo era niño o niña, era su televisor en blanco y negro y con pantalla redondita?
3. ¿Apoyaba usted al gobierno de Trujillo en Santo Domingo?
4. ¿Vio el debut de Lucecita Benítez y Chucho Avellanet cuando tenían 15 años?
5. En su infancia, ¿al motor de los automóviles se les activaba con una manivela?
6. ¿Vio películas de Chaplin en blanco y negro?
Si su respuesta a tres de estas preguntas es positiva, significa que usted está entrando no a la tercera, sino que a la cuarta edad y merece con creces el Medicare con servicios extras.
Tu Tía que a pesar de todo los quiere mucho demasiado.
Julia
Comentarios a los Consejos de la Tía Julia.
Cuando hay mucha humedad sudo como lechón y mi novia Emerlinda que es uruguaya se disgusta. Yo le digo que esto es normal en el trópico y que la realidad no es tan romántica como lo que cantan la “Vereda Tropical.” No me gusta prender el aire acondicionado para ahorrar y me siento bien con los abanicos. Gracias, Richard de Enfield.