Las elecciones del Brasil se decidieron con menos de dos puntos, en las estadounidenses de medio término, las diferencias porcentuales entre los candidatos son mínimas.
Es casi seguro que los demócratas perderán el control de la Cámara de Representantes.
La lucha es por el control del Senado y en la mayoría de las 36 elecciones, pocos candidatos le llevan 10 puntos a su oponente. Hay elecciones en las que se llevan medio punto, en otras están empatados.
En Brasil Luiz Inácio -Lula- da Silva, ganó la presidencia, pero perdió las gobernaciones estatales y los escaños congresuales.
En las elecciones estadounidenses, los candidatos tienen muy poca diferencia en las preferencias. Pennsylvania es un buen ejemplo, el candidato demócrata al Senado tiene 46.8% y el republicano 46.4%.
La nación está dividida, esto parece un empate técnico.
Pennsylvania, Nevada y Arizona son los tres escaños senatoriales que podrían decidir cuál partido controlará la cámara alta, pero ningún candidato le lleva tres puntos al oponente.
El sábado Pennsylvania tuvo la visita del ex presidente Barack Obama junto al presidente Joe Biden, promoviendo su candidato al senado. Al atardecer, el ex presidente Donald Trump llegó a promover su candidato.
En el 2016 los demócratas hicieron de todo en favor de Hillary Clinton, llevaron a Madona y a Bruce Springsteen, pero de nada sirvió, ella perdió.
Lo que está muriendo en estos momentos, no es la “democracia” es la “partidocracia” y los “líderes partidarios”.
Mientras la gente esté votando y escogiendo lo que ellos quieran, aunque algunos lo vean como “anti-democrático”, lo están escogiendo con libertad, eso es esencialmente democrático.
Brasileños y estadounidenses tendrán que concertar para gobernar, fortaleciendo su democracia.
Si ningún partido controla nada, el pueblo tiene control. Esa es la esencia misma de la democracia, el “demos” tiene la “cracia”, significa que murió la partidocracia.