Pregunta
Tía Julia:
Le pedí a mi prima Cuca que es poetiza para que me ayudara a enviarle esta consulta ya que yo no soy muy buena para el bolígrafo, y olvídese de la computadora que me atolondra y me pone tan nerviosa como Trump pensando en Mar-A-Lago y como aumentar los daños que hizo Ian para sacar el “corte” de los seguros.
Yo, absolutamente sola y sin la necesaria ayuda del que fue mi esposo, crié a mis dos hijos, les traté de inculcar el amor por los estudios en una academia de estudios asiáticos en Hartford donde aprendieron a decir buenos días en lengua mandarín. Después los levantaba temprano para que fueran a la New Britain High, pero lamentablemente mis esfuerzos fueron en vano ya que los dos no llegaron ni a décimo grado y desde ese tiempo han estado en la casa levantándose a las once de la mañana y tomando una siesta después de almuerzo. ¡Oh, Dios!
Ya cuando comienza a irse él cara de gallo y sus rayos mortecinos se van a ajuste detrás de las lomas y colinas del Oeste; mis hijos se activan. duchan, perfuman, y se van a disfrutar de la bohemia en los clubes y restaurantes del área de New Brinski y Hartford.
Lo que pasa es que el padre de los muchachos es nervioso y desde hace años consiguió los beneficios del SSI diciendo que no puede trabajar ya que se deprime con los supervisores. ¿Será este el problema de mis nenes?
En todo este desbarajuste, mis hijos a los que les digo por cariño Bebito y Nenín, no hacen nada en mi departamento de tres cuartos y yo soy la que tengo que limpiar el baño, lavarles la ropa, cocinarles, plancharle y recibir los mensajes de las novias que siempre les andan buscando. Como no son feos y son altos, pero no grandes, tienen varias muchachas simultáneamente y quieren que yo les alcahuetée y les ayude con mentiras.
Para hacer las cosas peores, Bebo que ya tiene 25 años y se encumbra en la escala incierta de la vida, me trajo a una muchacha a la casa y ya tienen un baby. Nenín por su parte ya ha embarazado a dos las cuales abortaron, y trajo a la más joven a vivir con nosotros. También está con un lío de alimentos impagos y el juez le quiere ver la careta.
Las muchachitas, mis nueras; son más vagas que la mandíbula de arriba y no hacen nada y los viernes los nenes se las llevan a bailar y yo me tengo que quedar con el baby que llora y grita más que un romance de gatos.
Ahora no sé que hacer ya que me siento cansada y deprimida. Mi apartamento es un infierno dantesco porque las dos nueras no se llevan y el otro día me tuve que meter al medio para separarlas. Yo les he dicho a mis hijos que tienen que emprender solos sus vidas, pero me responden que ahora con la crisis financiera, la inflación y el calentamiento global no hay trabajos ni tampoco departamentos.
Como me he deprimido con tanto lío, griteríos y peleas, he tenido que ir al siquiatra y en el Hospital de New Britain me tienen con unas pastillas rojas para tranquilizarme y dormir.
Por favor aconséjeme ya que me estoy volviendo loca.
Madre torturada
Respuesta
Querida madre torturada:
Tu problema es simple y se puede solucionar pa’rapido.
Aquí en Connecticut, y especialmente en muchos hogares hispanos, hay muchas madres y abuelas que, como tú, están cargando con estos muchachos que son problemáticos porque no se les ha criado con disciplina.
¡Si es cosa de ver como a veces a las escuelas llegan unas mamás con nenes de cinco años y que le dicen a la maestra, “Ay señorita, ¡no sé cómo controlar a Bebito que cuando se enoja hasta me mete patadas”!
Para explicarme mejor y no me acusen de estar promoviendo el abuso de menores que alguien diría (no yo) se merecen un buen par de nalgadas, debiste haber usado muy temprano técnicas de conducta asertiva, es decir desde chiquito mostrarles consecuencias y no reírles las gracias. Es que a los 25 y a los 22 años ya es muy tarde para enderezar el árbol y te pediría que te imaginaras esta parábola.
Un grupo de personas están sosteniendo una plataforma y encima de ella hay un elefante grande. ¿Me sigues? Las personas están cansadas y doloridas de soportar al paquidermo que duerme la siesta y que no desea bajar. La gente mueve la plataforma, le gritan, le tiran piedritas, agua, ni nada. Pero llega un momento en que todas se ponen de acuerdo y se mueven hacia los cuatro extremos de la plataforma y al que se le ocurrió la idea cuenta en voz alta, “uno, dos y tres,” y todas las personas sueltan la plataforma y se liberan del peso de elefante.
Para tu caso y en el de muchas madres que me escriben, la historia es la misma. Son ustedes las que se han auto condenado a cargar con estos elefantitos que las están chavando y echándole a perder los nervios con sus pocas vergüenzas y las “noviecitas.”
Lo que tiene que hacer es fácil. Vete a Sección 8 y diles que te quieres mudar lo antes posible a un apartamento de un solo cuarto dormitorio. ¿Me sigues? Tú tienes 58 pepas y media y cómo estás enferma de los nervios podrías solicitar este beneficio. Cuando la trabajadora social te avise y te diga que te puedes mudar, le avisas a los manganzones y a las manganzonas que te mudas y que les dejas el apartamento para que ellos paguen la renta. ¿Cómo la ves?
Hija mía, ésta es la única solución para que se acabe el problema de la presión arterial alta y el insomnio.
Lo que sucedió, como diría un psicólogo, es que has creado una relación de dependencia mala con Bebito y el Nenín, y te has olvidado de que ya no son niños y por lo tanto no puedes por su propio bien seguir amamantándolos.
Para tu tranquilidad te digo que aquí en Connecticut NADIE se muere de hambre, hay refugios temporeros, y al final las novias tienen también familias para seguir viviendo gratis y papeando.
Hazte fuerte, asesórate con algún terapeuta que seguramente te dirá ya has cumplido tu misión y corresponde a Bebito y a Nenín aprender a dar sustento sus hijos y a las vagas de sus novias que ignoran lo que es un detergente.
Hazme caso, y que no te cojan con el mango bajito. Bebo y Nenín se graduarán algún día de hombres. También pueden ir a vivir con el papá que al parecer es otro amamantado. Cuando te mudes me avisas.
Tu Tía que te compadece mucho
Comentario a los Sabios Consejos de la Tía Julia.
Me llamo Penélope y en la escuela superior me molestan mucho porque soy inteligente y no corto clases para irme a los parques. Como leo mucho debo usar gafas y por eso no tengo pretendientes ná. Le dije a mi mai que me quiero cambiar de nombre porque los manganzones me gritan “Pene López.” Voy a tratar de que la lotería me ayude para irme a una escuela magneto.