En esta ocasión me atrevo a escribir sobre “la economía de la atención”, cuya denominación es relativamente nueva; no muy conocida o difundida pero cada día cobra mayor importancia con la disponibilidad de dispositivos digitales que tenemos a nuestro alcance y la información abundante que circula. Ésta, ha transformado radicalmente la manera en que el mundo opera. En un contexto donde la información es un recurso invaluable, su flujo y gestión impactan directamente en la toma de decisiones. Este artículo explora el papel fundamental de la información en la economía moderna y aportar más que nada algunas reflexiones sobre la misma en la vida de nuestros lectores.
La economía de la atención, describe la forma en que los humanos son capaces de administrar la riqueza de la información disponible. Fue en 1971, el economista y ganador al premio nobel Herbert A. Simon, quien acuñó el término, al escribir: “Una riqueza de información crea una pobreza de atención y una necesidad de asignar esa atención de manera eficiente entre la sobreabundancia de fuentes de información que podrían consumirla”.
Con tantas fuentes de contenido predominantes en nuestra vida cotidiana moderna, la economía de la atención refleja la competencia multimedia por ojos y oídos mientras la atención se convierte en un bien cada vez más escaso. Ya sea con las últimas noticias, el escuchar música, reproducir entretenimiento, dar un like, realizar publicaciones por cualquier red social y estar pendientes de cuántos comentarios y reacciones genera, etc.; determinan la manera de “consumo” de nuestra atención, que por efecto se ha dispersado en demasía.
En nuestra época, por el avance de la tecnología y la informática; el contenido se ha vuelto excesivamente abundante y está disponible de manera inmediata; la atención humana se convierte en un factor limitado en el consumo de información; porque no es posible brindar atención a todo contenido nuevo disponible cada minuto. Por lo que debemos ser sabios y selectivos.
¿Se ha da cuenta usted especialmente que la juventud y adolescencia de hoy llevan horas pegados a los teléfonos y con consecuencias graves en su desarrollo? El 02 de enero de este año, escribía Catherine Price en el portal de Guardian “Tienes una vida ¿De verdad quieres pasarlo mirando tu teléfono?” voy a replicar algunas líneas de su artículo. Dice ella, que las aplicaciones de nuestros teléfonos están diseñadas para ser adictivas; pero que, si reconocemos lo que está sucediendo, podemos recuperar nuestro tiempo libre.
Hay muchas razones por las que estamos pegados a nuestros teléfonos, pero la más exasperante sustenta Catherine; es que las aplicaciones que más tiempo consumen están diseñadas deliberadamente para engancharnos, porque así es como sus creadores ganan dinero. Y es así que se vende nuestra atención (y los datos sobre a qué es probable que prestemos atención), en lugar de bienes o servicios.
En esta economía digital, las aplicaciones nos consideran el producto, no los clientes; los anunciantes lo son. Nos manipulan para brindar nuestra atención, nuestro activo más valioso, de forma gratuita. Este hecho es crucial, ya que nuestras vidas se moldean según a qué prestamos atención. Los creadores de aplicaciones emplean técnicas de máquinas tragamonedas para engancharnos, aprovechando la liberación de dopamina. Nuestros teléfonos, catalogados como máquinas tragamonedas de bolsillo, están diseñados con numerosos desencadenantes de dopamina, desde colores brillantes hasta recompensas sociales. Sin conciencia y defensa consciente, nos convertimos en consumidores compulsivos de golpes de dopamina, perdiendo tiempo valioso sin discernir su importancia.
Esto implica que cada minuto u horas que se pasa en las redes sociales, internet o televisión, etc., enganchado por contenido infructuoso; resulta ser una pérdida de tiempo (ecuación de suma cero). Abundantes estudios e investigaciones dan a conocer la cantidad impresionante de horas que pasan los niños, adolescentes y jóvenes promedio tanto en EE. UU. como en el mundo pegados a sus dispositivos digitales diariamente. Si alguien estuviese cuatro horas al día, implica que al año se ha pasado más de dos meses enteros enganchado a los dispositivos móviles y en la mayoría de los casos sin beneficio alguno.
Remitly, publicó el trabajo soñado en América del Sur, por parte de adolescente y jóvenes, según los datos de búsqueda en Google desde octubre de 2021 a octubre de 2022. En todos los países quieren ser youtubers o influencuers, excepto Brasil que es el único país donde desean ser empresarios ¿Debería preocuparnos esta realidad como sociedad y como padres? La respuesta es suya.
Alberto Pena argumenta que “el tiempo sólo tiene valor si hacemos algo con él, que el tiempo no es oro como reza el adagio, ni siquiera se trata de un tema de gestionar el tiempo, sino de gestionarnos a nosotros mismos”.
Los creadores de contenido ganan dinero y la obtienen de manera “gratuita” con tu atención; aunque como en economía se sabe que “nada es gratis” es tu atención y tiempo que dejas de invertir en cosas màs valiosas que redunden en beneficio y desarrollo personal. (costo de oportunidad).