Estamos a escasos días de llegar a dejar atrás el presente año, y pronto hará su aparición en escena el año 2024; sobre el cual se irán “escribiendo” una serie de sucesos globalmente en todo nivel (geopolítico, económico, geoestratégico, etc.), pero también a nivel individual, familiar, empresarial y nacional; que por nuestras limitaciones humanas desconocemos completamente que nos deparen los 12 meses del año que está a punto de llegar. En el presente artículo de cara a este nuevo año, estimo necesario y oportuno hablarle a usted sobre el particular.
La “economía del tiempo” hace referencia al estudio, gestión, planificación, priorización y optimización de procesos para minimizar el tiempo desperdiciado. Se centra en cómo las personas deben tomar decisiones para distribuir su tiempo (recurso limitado y valioso) entre el trabajo, el ocio, la familia y otras actividades; los gobiernos, las empresas y las sociedades pueden utilizar el tiempo de manera efectiva para lograr sus objetivos y maximizar su productividad. En la era moderna, con las demandas crecientes y las tecnologías que aceleran la vida cotidiana, la economía del tiempo se ha vuelto aún más relevante en la toma de decisiones tanto a nivel personal como institucional/organizacional.
La economía del tiempo consiste en entregar tiempo en algo de valor que al final nos sea retribuido en más tiempo ya sea para descansar, o para invertirlo en otras actividades de mayor gratificación (mayor placer, mayor satisfacción e incluso más dinero). Y es algo que hacemos los seremos humanos cada día de la manera más natural, independiente de donde nos encontremos; en la casa, oficina, mercado, viajando, etc. Permítanme, ejemplificar de alguna manera sencilla, o es que ¿acaso no todos queremos elegir la ruta más corta y económica para ir al trabajo y llegar a casa, la manera más efectiva para ir de compras al mercado para atender nuestras necesidades generalmente de alimentación durante la semana, preparar la comida, comprar todo aquello que nos ayude a ahorrar tiempo en las labores de limpieza, así como nuestras responsabilidades en el centro de trabajo, la utilización de un software, priorización de metas, hasta la delegación de responsabilidades, entre otras actividades?
El tema en mención, nos ayuda a evaluar entre lo que es producción, productividad y optimización del tiempo. Su fin es lograr hacer las cosas en el menor tiempo posible sin afectar la calidad de nuestros quehaceres como tampoco hacer uso de lo deshonesto o de lo injusto para lograrlos. Permítame una vez más tomar un caso de la vida real para demostrar y casi sin equivocarme, que si usted es alguien que todos los días va al supermercado para adquirir productos de primera necesidad para su casa; no hace uso eficiente de su tiempo ni de su economía; porque está utilizando más tiempo y dinero, que ir una sola vez por semana y guardar dentro de un refrigerador.
Estimado lector, todas las mañanas un banco deposita en nuestra cuenta US$ 86 400,00; y no lleva el saldo de hoy para mañana. Cada noche, el banco hace desaparecer todo lo que pudiera quedar en la cuenta y que no se utilizó durante el día; lo cual es motivo más que suficiente para “retirar” y utilizar de la mejor manera hasta el último centavo. Cada uno de nosotros tenemos ese banco y se llama “tiempo”.
Todas las mañanas le depositan 86 400 segundos. Y todas las noches hace desaparecer, como pérdida, todo lo que dejó de invertir para un buen fin. No lleva el saldo de un día para otro. No permite sobregiros. Cada día abre una cuenta nueva para uno. Cada noche hace desaparecer lo que pudiera quedar del día. Si no cumple con utilizar el depósito del día, uno es quien pierde. No hay manera de retroceder. Tampoco puede hacer retiros del “mañana”. Tiene que vivir en el presente, con los depósitos del día ¡Inviértalos para obtener el máximo rendimiento en salud, felicidad y éxito! El reloj sigue avanzando. El tiempo continúa su curso. Aproveche el día al máximo.
¿Economiza usted su tiempo? ¿le saca el máximo provecho del que no se lamenta en absoluto? ¿ha sido usted un buen administrador del tiempo que se la ha dado hasta aquí? ¿ha sido deficiente en gestionarlo? Le animo a que en este 2024 aprovechemos lo mejor posible, la liquidez que nos es abonada cada día en nuestra cuenta denominada “tiempo”.
Citaré para ir finalizando una cariñosa exhortación del apóstol Pablo, que concatena perfectamente con el tema de hoy; él ya nos hablaba de esto aproximadamente 2000 años atrás, aunque en nuestro lenguaje moderno se haya acuñado recientemente y por ende está en la palestra. Él dice “por tanto, tengan cuidado de cómo se conducen; dignamente, no como insensatos, sino como sabios; que aprovechan su oportunidad, porque los días son malos” (Efesios 5: 15, 16 – SyEspañol). La idea es utilizar bien y al máximo cada oportunidad de tiempo que nos es dada. Es vivir como redimiendo el tiempo.
Desde “Notas Económicas” deseo a el semanario “La Voz Hispana” de New Haven, su personal y a todos nuestros amables lectores hasta donde quiera que estén; un año lleno de inspiración, creatividad y logros sorprendentes ¡Que sea su mejor año hasta ahora! FELIZ 2024.