Entre Alaska y Tierra de Fuego, Chile, habitan 1,045 millones personas, 781 millones, votó contra la agenda globalista, si sus votos no valen, entonces murió la democracia. Unos 340 millones de estadounidenses, 215 millones de brasileños y 45 millones de argentinos, votaron por derechistas contrarios al control corporativo, y la agenda globalista.
Hay 130 millones de mexicanos y 51 millones de colombianos escogiendo izquierdistas, contra la agenda globalista que, poéticamente, unificó derechistas e izquierdistas. Brasil votó por Jair Bolsonaro, ultraderechista, y Lula da Silva, izquierdista, quien abandonó el sistema, construye uno nuevo.
Holanda, lo más liberal de Europa, eligió un ultra nacionalista, como Italia, esto cubrirá el mundo. Y debo aclarar, esta gente no es “loca”, los pueblos votan por ellos para escapar de la locura.
El levantamiento mundial contra la agenda globalista seguirá, se levantarán izquierdistas o derechistas, siempre será la misma oposición.
Hoy es “normal” empobrecer a millones de personas para enriquecer a un puñado de privilegiados, quien interfiera en ese proceso, está “loco”.
Recuerden al “locotromp”, Javier Milei el “loco”, en Argentina Bolsonaro de Brasil y Gloria Meloni en Italia, nadie en su “sano juicio” se opone al control.
Mientras todos guardábamos la “cordura” el 40% de los argentinos, otrora uno de los países más ricos de la tierra, descendía a la pobreza eso era “normal”. Lo “anormal” es que un “loco” como Milei proponga un plan radical tratando de revertir ese proceso “normal”.
Las transferencias de fondos están ordenadamente pautadas, epidemias favorecen a la industria farmacéutica, las guerras para armamentistas y las crisis financieras favorecen a los banqueros.
Así distribuyen el dinero que nosotros pagamos en impuestos. Ahora podemos aceptar eso, o votar por “un loco” que subvierta ese orden, los levantamientos mundiales son inevitables. No nos dejan opciones, tenemos que votar por “locos”.