Querida Tía:
Residimos en el hermoso pueblo de Guilford, y aquí muchos de los residentes puertorriqueños celebramos las Navidades como Dios manda, es decir, con asistencia a la misa del gallo, la cena con lechón y arroz con gandules, la apertura de regalos, y después las hermosas parrandas a amistades que duran hasta las Octavitas. En otras palabras, amamos las tradiciones de nuestra tierra, la música de nuestros campos, y la bachata.
Desde octubre comenzamos a practicar las canciones y ya para esta fecha en diciembre estamos listos para el desafío de alegrar los hogares con villancicos, aguinaldos, y bombas (por favor no confundir con los actos terroristas en las escuelas).
En estas parrandas soy yo el que lleva la voz cantante ya que toco la guitarra y canto al estilo jibaro. A mi me gusta ser espontáneo, y dos días antes de la primera parranda llamo a mi compadre Lucio que también toca guitarra, a mi comadre Ester que hace coros con mi sobrina Elena, y a mi primo Cucho que toca el guiro e incursiona en las maracas y el bongó.
Como decía, nos juntamos en mi casa y nos vamos a dar parrandas a familiares o a personas conocidas a quienes se les avisa que tendrán sorpresas, sin especificar ni el día ni la hora y, salvo que nos digan que van para Puerto Rico, la parranda se le da a cualquier hora de la noche o la madrugada durante los días navideños.
Lamentablemente, ya que no me gusta poner la cosa de esta manera, en el 2016, llegó desde San Juan uno de mis cuñados quien se graduó en ingeniería hidráulica y trabaja por estos lados. Benicio, a pesar de ser joven y sin ser mala gente, tiene sus manías y le doy un ejemplo. Si usted le pregunta la edad le responde, tengo 32 décadas, seis meses, dos semanas y cuatro días. En otra palabras, no redondea como hace el común de la gente culta. El muchacho es más cuadrado que un dado y cabezón.
Benito quiere ser ahora el organizador de la parranda y desde que me habló de hacer una lista por orden alfabético de las familias que visitaríamos, a mi me pareció la cosa floja ya que nosotros nunca hacemos listas porque mata el espíritu de la improvisación, espontaneidad y del alma llanera.
De acuerdo a esa lista, el muy salmón desea hacer un plano con el recorrido para que la gente que vaya en la parranda no se pierda. También desea imponer la práctica de que se llame a la familia con unas cuatro horas de anticipación para no perturbar la vida hogareña de las personas que visitemos.
Mi esposa, y porque Enrique es su hermanito, le encuentra toda la razón, pero yo con mi compadre pensamos que estas son practicas fatulas que nada tiene que ver con el factor sorpresa que según entiendo, es lo que prima y corresponde en estos casos y le da fun.
Este tipo también desea hacer una reunión previa de planificación (en nuestra casa por supuesto y con entremeses), dizque para organizarnos y para que el asunto quede mejor.
Yo he hablado con él, pero el tipo es más porfiado que aquellos que no desean vacunarse para protegerse de la nueva variante. Yo me estoy enfogonando y me dan ganas de no hacer ná por esto del ómicron, o algo por el estilo.
Nos alegraría que nos ayudara a encontrar una solución en este embrollo que pone en peligro la parranda.
Feliz Navidad y Próspero 2022, el año de la Defensa del Voto y de la Democracia.
Piquín.
Respuesta
Estimado Piquín,
Fíjate que me inspiré con tu texto y como le pasa a menudo a la Dra. Polo que se emociona con el martillo de palo, se me vinieron a la mente algunos versos de mi inspiración, además de las ganas de cantar y bailar un seis chorreado.
Ya viene Piquin trayendo,
Por el barrio una Parranda,
De esas que mi Dios manda,
Con aguinaldo y villancico,
Y hasta los niños chicos,
Se alegran con ese son,
Dedicado a nuestro Señor,
Que protege a Puerto Rico.
¿Qué tal? Bueno, con respecto a mantener la tradición de los aguinaldos aquí en los Estados aun Revueltos o Gringolandia; pienso que es una loable iniciativa ya que esta hermosa costumbre va sucumbiendo día a día en la Isla reemplazada por el Hip Hop, el vacuo texteo, la pandemia y otras madres.
Me dijeron que incluso en pueblos como Patilla, Orocovis y Morovis, ricos en tradiciones y cultura, los saludos se envían ahora por e-mail y ya no hay novenas porque algunos alcaldes son estadistas y promueven las costumbres de por acá. Incluso las parrandas se envían en un CD.
Ahora bien, es bueno recordar que estas visitas son una tradición religiosa/profana que en muchas cosas de nuestra cultura involucra lo bíblico con la celebración mundana. De este modo los primitivos Villancicos en España que se remontan a los orígenes del cristianismo, eran actos más bien religiosos donde la gente se visitaba e intercambiaban alimentos y flores, cantando loas al niñito Jesús y a la Virgen.
La costumbre llega a nosotros y es en Puerto Rico donde la Parranda se hace fuerte y establece formas de llevarlas a cabo con ciertos procedimientos y protocolos típicos porque a nosotros nos encanta celebrar y gozal.
Según nos contaba mi bisabuela Bergoña, en los pueblos de las jardas, las familias se visitaban de bohío en bohío con instrumentos de cuerda tales como el cuatro, el tiple, la bordonea, y el famoso guiro que representa nuestra herencia africana. Se llevaban regalos como pasteles, pernil, y arroz con dulce y al parecer desde ese tiempo se acompañaba con algún tipo de bebida alcohólica, muy probablemente el pitrinche que era más barato y made in Puerto Rico. Eso si que al día siguiente deja un dolor de cabeza apoteósico que requiere un balde de agua y una caja de Tylenol, además de un asopao de gallina viva.
Con la intempestiva llegada de los estadounidenses en el 1898, todo cambia y se promueven las costumbres europeas del árbol navideño, y el famoso Santa que en el trópico no pega mucho con su ropa más bien nórdica, la parca y las botas.
Lo que se rescata de esta hermosa costumbre que perdura hasta ahora; es el acto de la visita y la reiteración de los buenos deseos para los próximos doce meses. Es por lo tanto una fiesta donde se fomenta la alegría, el canto, el baile, y el sano clima de celebración religiosa/pagana.
Como yo también he dado parrandas, acogería algunas de las sugerencias de Benicio, esperando que la letra no mate el espíritu, es decir, que la confección de listas no les canse mucho y cree problemas familiares o con amistades que se les queden en el tintero como decía el poeta Julián Redondo Cuadrado. Más bien creo que tienen un conflicto de liderazgo y control, pero recuerda que esto es parte del proceso.
Con lista o sin lista, con aviso previo o no, inclúyanme para Navidad, los Reyes, y hasta las octavitas. Suerte, y continúen esta hermosa tradición con tu familia y Benicio.
La Tía
Comentario a los sabios consejos de la Tía Julia. Una amiga que es aleluya nos dijo que se avecinaba el Gran Apagón y que se debía almacenar agua, sofrito, recadito y habichuelas en conservas, pero marca Goya. También tienen que donar mas chavos en la congregación que se reunirá en un sótano por tres días para practicar y se alumbrarán con cirios. Tampoco se quieren vacunar y yo creo que en esto hay una tostadera para que la gente gaste más en las bodegas y supermercados. Pancho de Meriden. Gracias.