Antes de cumplir un año como jefe de la Junta de la Reserva Federal, Jerome Powell dijo algo que explica el presente y permite “ver” el futuro. Powell comparó implementar políticas económicas con caminar en un cuarto amueblado y oscuro, “debemos avanzar despacio, para evitar resultados dolorosos”, dijo.
Eso fue en noviembre del 2018, en noviembre del 2021 dijo que no aumentaría las tasas de interés porque la incipiente inflación, sería “transitoria”.
Hoy las aumenta tan agresivamente, que muchos economistas e inversionistas ven una recesión como destino inmediato e ineludible.
En el otoño pasado, caminando despacio en su cuarto oscuro y amueblado, Powell se equivocó, ahora camina rápido, nada garantiza que éste no sea su nuevo error.
Powell dirige la economía estadounidense y mundial avanzando rápidamente en la oscuridad, no sabe adónde va, y, según Juan Bosch, quien no sabe adónde va, ya llegó.
Y todos los bancos centrales del planeta, con poquitas excepciones, siguen las directrices de quien camina en un cuarto amueblado y oscuro, aumentan las tasas de interés.
En Estados Unidos entramos a un territorio desconocido, se controla la expansión monetaria vía encarecimiento del dinero, simultáneamente tiran mucho dinero a la calle con fines electorales.
La apuesta central es mantener la estabilidad macroeconómica, que no ocurra nada que se tenga que lamentar antes de las elecciones de noviembre próximo, quizá sean exitosos.
Si no ocurre antes de las elecciones, todo el mundo entiende que es casi seguro que puede venir un gran trauma económico financiero en los Estados Unidos.
Para entonces la crisis energética europea habrá generalizado la inestabilidad social en ese continente, en Alemania e Inglaterra, los disturbios son constantes.
Mientras los italianos están a punto de elegir presidenta a Giorgia Meloni una neófita ultraderechista, populista y fascista.
Todo está claro, pero Powell camina en la oscuridad.