Según el Diccionario de Psicología; la empatía es la base de la intimidad y la conexión más cercana. Sin la empatía podríamos estar cada día al lado de una persona y conocer tan poco sobre sus sentimientos que seguiría siendo una extraña para nosotros. Por eso, la empatía es un potente “pegamento social”.
Sin embargo, no solo es el motor de la cercanía, sino que también sirve como freno cuando nos comportamos mal y nos damos cuenta del dolor que estamos causando. Cuando una persona no tiene ese freno y siempre actúa en interés propio, termina devastando a quienes están a su alrededor. Por eso, es fundamental comprender qué es la empatía y qué significa ser empático.
¿Qué no es la empatía?
1. Empatía no es lo mismo que simpatía
A menudo usamos indistintamente las palabras empatía y simpatía, pero en realidad son procesos distintos. Cuando sentimos simpatía por alguien, significa que nos identificamos con la situación en la que esa persona se encuentra. Podemos sentir simpatía por desconocidos e incluso por problemas que nunca hemos experimentado personalmente. La empatía va un paso más allá porque implica identificarse con lo que alguien está sintiendo y experimentar esos sentimientos en primera persona. Por tanto, la simpatía es sentir por alguien; la empatía implica sentir con ese alguien.
2. La empatía no se limita a la intuición
La mayoría de las personas consideran que la empatía es intuitiva, que se trata más de una reacción visceral que de una función del pensamiento. No obstante, la empatía no se limita únicamente al intercambio de emociones, un proceso que ocurre normalmente por debajo de nuestro umbral de conciencia, sino que también es necesario que intervengan las funciones de control ejecutivo para que podamos modular esa experiencia.
¿Qué es la empatía?
Cuando nos preguntamos qué es la empatía, la primera definición que acude a nuestra mente es la capacidad para ponerse en el lugar del otro. Sin embargo, la empatía va mucho más allá, por lo general no se trata únicamente de un acto intelectual sino profundamente emocional. Existen diferentes significados de empatía, uno de los más acertados indica que es “la experiencia de entender la condición de otra persona desde su perspectiva”. Esto significa ponerse en su piel y sentir lo que esa persona está experimentando. Es una participación afectiva en la realidad de alguien, haciendo su mundo emocional nuestro.
Desde el punto de vista antropológico, el significado de la empatía desde el punto de vista individual implica limitarla. La empatía también está mediatizada por las normas culturales y sociales. En ese mismo estudio se apreció que los niños eran más empáticos cuando un maestro este les recordaba que debían ser buenos compañeros de clase, pero que la empatía disminuía a la hora de elegir un bando para un juego. Los amigos que fueron elegidos por últimos y se molestaron por ello, recibieron consuelo, pero los meros compañeros de clase que se sintieron de la misma manera fueron etiquetados como «llorones».
Esto significa que el contexto, las convenciones sociales y la propia persona objeto de la empatía también son factores determinantes, independientemente de la capacidad individual de empatía.
Los tres tipos de empatía
Existen diferentes clasificaciones de la empatía. El psicólogo Mark Davis ha sugerido que existen 3 tipos de empatía.
- Empatía cognitiva. Se trata de una empatía “limitada” ya que solo adoptamos la perspectiva del otro. Esta empatía implica que somos capaces de comprender y asumir sus puntos de vista y ponernos en sus zapatos. Es una empatía que nace de la comprensión intelectual.
- Distrés personal. Se trata de sentir, literalmente, los sentimientos del otro. Esta empatía entra en acción cuando vemos a alguien sufrir y sufrimos a su lado. Se debe a un contagio emocional; es decir, la otra persona nos ha “contagiado” sus emociones. Algunas personas son tan propensas a manifestar este tipo de empatía que sus sentimientos las arrasan, sometiéndolas a un gran estrés, es lo que se conoce como «Desgaste por Empatía«.
- Preocupación empática. Este patrón coincide mejor con nuestra definición de empatía. Se trata de la habilidad para reconocer los estados emocionales de los demás, sentirnos conectados afectivamente y, aunque podamos experimentar cierto grado de distrés personal, ser capaces de gestionar ese malestar y mostrar una preocupación auténtica. A diferencia del distrés, la persona que experimenta este tipo de empatía se moviliza para ayudar y consolar, no se queda paralizada por los sentimientos.
Ser Empáticos Es Algo Que Podemos Aprender
Muchas personas piensan que nacemos siendo empáticos, pero en realidad la empatía es un comportamiento que se aprende. Los bebés aprenden a identificar y regular sus emociones a través de las interacciones con los adultos, principalmente con sus padres. Cuando los adultos responden a los estados emocionales de los niños, no solo crean las bases para la diferenciación del “yo” sino también para que desarrolla el sentido del otro. Con el tiempo, esa semilla se convierte en empatía.
Fuentes:
Bernhardt, B. et. Al. (2012) The Neural Basis of Empathy. Annual Review of Neuroscience; 35 (1): 1-23.
Davis, M. (1980) A Multidimensional Approach to Individual Differences in Empathy. JSAS Catalog of Selected Documents in Psychology; 10: 2-19.
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Las opiniones vertidas por Waldemar Gracia no reflejan la posición de la Voz Hispana. Nombres, lugares y circunstancias han sido alterados para proteger la identidad de los personajes citados en la historia.
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