Tenemos conflictos militares en Ucrania, Birmania, Sudán, Níger, Gabón, Burkina Faso, Mali, y Azerbaiyán, ardiendo simultánea e independientemente. Vivimos una cascada de guerras, muertes y destrucciones generalizadas.
El orden mundial unipolar, dependiente de los Estados Unidos, se quiebra por todos lados, si todos guerrean contra todos resulta innegable que ese orden degeneró en desorden.
A los conflictos militares debemos añadirle los descalabros económicos, Alemania, la principal economía europea colapsa en tiempo real, Japón, el gigante de oriente, entró en recesión económica.
Las economías están interconectadas, el efecto dominó es ineludible.
La crisis económica alimentará la inestabilidad política, el populismo autoritario, levanta su cabeza de medusa como “única solución”, para restablecer el orden, y garantizar la paz social.
Abundarán candidatos como Donald Trump y Javier Milei, varios países “protegiéndonos de la desinformación y noticias falsas”, limitan la libertad de expresión, asistimos al retornó del autoritarismo.
Controlando la libertad de expresión inician la construcción de la infraestructura legal sobre la que descansará el autoritarismo. Las censuras contra todo el que se pronuncie contra Israel, en su invasión a Gaza, es el último ejemplo de la intolerancia y el control mediático vigente.
La verdad pura y simple es que la “Pax Americana” colapsó, implosionó sin ninguna amenaza o presión externa.
Eso traerá fraccionamiento interno en muchas naciones, los líderes oportunistas harán lo que tengan que hacer para retener el poder, incluyendo dividir sus naciones contra ellas mismas.
Benjamín Netanyahu en Israel y Pedro Sánchez en España son dos elocuentes ejemplos de hasta dónde llega un político para retener el poder, dividiendo a sus sociedades.
El triunfo de Milei en Argentina, demuestra que el mundo rechaza el modelo vigente, promovido por Estados Unidos.
Asistimos a una sustitución del poder, pasaremos del poder político al poder popular, para impedirlo, retornará el autoritarismo.