Nadie sabe quién destruyó los gaseoductos rusos que suplían gas natural a Europa, pero Washington rechaza que investiguen el caso. Ahora Estados Unidos suple el gas natural que suplía rusia.
Luego un misil ruso golpeó Polonia, dijeron que Rusia lo disparó. La alianza militar Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) debió atacar a Rusia, porque Polonia es parte de esa organización.
El presidente ucraniano Volodomir Zelenzky, quiere envolver la organización en el conflicto con Rusia, la OTAN no respondió.
Lanzaron un ataque con drones contra el Kremlin, centro del poder ruso, pero Moscú no respondió, nadie sabe quién disparó.
¿Será que nadie sabe, o todos pretendemos no saber lo que sabemos que todo el mundo sabe?
Nadie dice quien o quienes fueron, pero todos sabemos quiénes son los misteriosos soldados invisibles que quieren cambiar el rumbo de la guerra entre Rusia y Ucrania.
Quizá empezó la Tercera Guerra Mundial, pero nadie sabe.
Hasta este momento, Estados Unidos es el único beneficiado de la explosión de los gaseoductos, porque sustituyó a Rusia como suplidor de gas natural a Europa.
Los ataques contra Polonia y el Kremlin no han dado los resultados esperados porque ni la OTAN respondió atacando a Rusia por el misil disparado contra Polonia. Ni Rusia reaccionó atacando a nadie por el ataque contra el Kremlin.
Todos estos “hechos aislados” buscan provocar un enfrentamiento directo entre Rusia y la OTAN, es decir, oficializar el inicio de un conflicto que podría ser el último.
Entre la explosión de los gaseoductos en septiembre, hasta el ataque contra el Kremlin, transcurrieron nueve meses, en promedio, los soldados invisibles atacan cada 90 días, insisten.
En medio de los horrores de todas las guerras, hoy Washington como Moscú han mantenido la cabeza fría, sin dejarse manipular a envolverse en un enfrentamiento directo.
Solo queda una simple pregunta, ¿cuánto durará tanta cordura?