Durante años, las tasas de interés estaban bajísimas, la banca financió muchas torres de oficinas y espacios comerciales. El Covid19 impuso trabajar desde la casa, los locales de oficinas están vacíos, los recientes aumentos en las tasas de interés encarecieron las hipotecas, pero nadie paga.
Por eso muchos bancos carecen de liquidez para honrar los depósitos de sus clientes, creando serias dificultades en el sistema financiero, ya quebraron los primeros tres bancos.
Eso ocurrió con las viviendas hace unos años, aumentaron las hipotecas, nadie pudo pagarlas, desatando la crisis financiera del 2008.
La Junta de la Reserva Federal creó un fondo para los bancos con problemas de liquidez. Los grandes bancos crearon fondos para cubrir préstamos impagables. Los banqueros, como astrólogos y meteorólogos, “ven el futuro”, aseguran puertas y ventanas, almacenan agua y comida, preparándose para un huracán, hablando de “solidez” y cielo despejado.
La reducción de 1.5 millón de barriles de petróleo diarios en la producción petrolera mundial ya aumenta los precios del crudo, añadiéndole combustible a la inflación galopante.
La Junta de la Reserva Federal no tiene otra salida, tendrá que seguir aumentando las tasas de interés.
En junio pasado, el jefe de JP Morgan Chase, Jamie Dimon, advirtió que aumentos en las tasas de interés y los precios del petróleo crearía serias dificultades.
“Tú sabes, yo dije que había nubarrones de tormentas, pero voy a cambiar eso, es un huracán”, dijo Dimon, antes de la crisis inmobiliaria comercial actual.
“Aunque las condiciones se vean muy bien en este momento, nadie sabe si será un huracán menor o una Supertormenta Sandy”, agregó el jefe del principal banco estadounidense.
En junio Dimon veía el mañana, hoy su pronóstico se unió con otras condiciones adversas, entonces resulta y viene a ser que aquel futuro es nuestro presente.