El lunes 15 de enero se conmemoró en los Estados Unidos el nacimiento de este héroe y mártir de la lucha por los derechos civiles y humanos de la población afroamericana.
Martin Luther King Jr. nació el 15 de enero de 1929 siendo el hijo de un clérigo cristiano/bautista en el seno de una familia arraigada en el sur de los Estados Unidos, específicamente en la ciudad de Atlanta, estado de Georgia.
Es importante destacar en esta su sucinta biografía que durante la guerra civil entre los estados de la Unión y los estados Confederados la cual tuvo lugar entre el 12 de abril de 1861 y el 26 de mayo de 1865; el presidente Abraham Lincoln proclamó el primero de enero de 1863 la libertad de unos 3.5 millones de esclavos afroamericanos.
Terminada la guerra que costó la vida de unos 600,000 jóvenes soldados y civiles, esta resolución fue refrendada en diciembre de 1865 a través de la Décima Tercera Enmienda de la Constitución que abolió definitivamente la esclavitud en todo el territorio de los Estados Unidos.
Sin embargo, en el año 1896, a un poco más de tres décadas de la enmienda, se implantó en los estados del sur de los Estados Unidos el cuerpo legal Jim Crow, privando abusivamente a los que fueron esclavos de derechos tan importantes como el tener acceso a una educación, el derecho al voto que permite elegir y ser elegido para ocupar puestos públicos, los beneficios de un sistema de salud, y el postular y ocupar a empleos.
Fue en esta nociva atmósfera social que vivió la familia de King y a esto se deben agregar los actos de violencia en contra de la población negra por parte de los siniestros miembros del grupo clandestino KKK quienes usaban como armas de intimidación los linchamientos de líderes negros y activistas, la quema de sus iglesias y viviendas, entre otros abusivos atentados que perpetuaban nuevamente la absoluta segregación y discriminación a través del terror.
Para llevar a cabo estas fatídicas tareas de odio racial y crear un clima de intimidación político y social, los miembros de estas bandas terroristas usaban túnicas y capuchas blancas, llevando a cabo ritos nocturnos que culminaban con la quema de cruces.
Aun así y con esfuerzo Martin Luther King logra educarse en escuelas alternativas para afroamericanos y asiste posteriormente al colegio universitario también para afroamericanos Atlanta’s Morehouse College localizado en Georgia.
Finalizado uno de los semestres de primavera, King y otros estudiantes viajaron en 1944 a Connecticut para trabajar en la finca de tabaco Meadwood localizada en el pueblo de Simsbury, recibiendo estipendios y costeando así los gastos de estudio.
En los archivos históricos están las cartas que el joven estudiante escribe a sus padres expresándoles con sorpresa que llegando a Washington D.C. ya no existía la odiosa segregación que caracterizaba a los estados del sur donde el uso de servicios higiénicos, restaurantes, asientos en los medios de transporte y en hoteles, estaban divididos en secciones para la población blanca y otra para la etnia afroamericana.
“La gente blanca de Connecticut son amables y podemos sentarnos en cualquier lugar sin que se nos segregue o separe de los ciudadanos blancos,” escribía admirado el joven King.
Según los historiadores y biógrafos describiendo a quien se convertiría en el líder de los derechos civiles en los estados del sur, esta realidad de Connecticut no existía en el abominable, injusto e inhumano sistema de segregación racial de Georgia lo cual habría decidido al joven estudiante a convertirse en clérigo bautista lo cual logra en 1948 prosiguiendo posteriormente su doctorado en divinidad en el Seminario Teológico Crozer en Pensilvania, para abogar con más fuerza por sus hermanos del sur.
De este modo es como Martin Luther King Jr. se une como un activista religioso a la lucha por acabar con el discrimen utilizando las tácticas de no violencia semejantes a las que promovió Mahatma Gandhi en la India durante la lucha en contra de la opresión social y económica del imperialismo inglés.
Este intento liberador a través de una vía pacífica se extendió con fuerza en las décadas de los años 50,’ y 60,’ y logra sus frutos cuando finalmente la Corte Suprema decidió a favor de la demanda Brown vs. Junta de Educación en 1954 que declaraba la igualdad de derechos en sistemas educacionales no segregados; que ratificaba en 1964 la importante Acta de los Derechos Civiles, e impone en 1965 los derechos al voto universal eliminando así la discriminación por motivos de raza, color, religión, sexo u origen nacional.
Por su incansable y valiente labor de activista, en 1965 Martin Luther King recibió el Premio Nobel de la Paz premiando su labor por la defensa de los derechos civiles y la igualdad racial en los Estados Unidos, convirtiéndose en la persona más joven en recibir este reconocimiento mundial.
Lamentablemente King pagaría con su vida esos años de intenso y peligroso apostolado cuando recibió amenazas de muerte en contra de él y su familia e incluso atentados a su residencia.
Había viajado en enero de 1968 desde Georgia a Memphis en Tennessee para apoyar una huelga de los trabajadores afroamericanos representados por la local 1799 de la organización AFMCME que denunciaba como a los trabajadores negros no se les pagaba como a los obreros blancos los días en que por razones climáticas no trabajaban.
El tres de abril aun cuando hubo amenazas de actos terroristas en contra del avión, King viajó nuevamente a Memphis donde en una reunión de lideres en el Mason Temple presentó un discurso/sermón que tituló “He ido a la cima de la montaña.”
En esta pieza oratoria inspirada por su fe, manifestó que desde esa cumbre había visto el camino que le señalaba Dios y que por eso no tenía miedo a las intimidaciones en su contra.
Al día siguiente por la mañana, el cuatro de abril de 1968, MLK es asesinado de un tiro en la cabeza disparado por un francotirador cuando se encontraban en un balcón de un modesto motel de Memphis donde se había alojado con otros líderes afroamericanos que le acompañaban para apoyar la huelga, entre ellos, Jesse Jackson.
Este vil asesinato que coincidió en ese fatídico año 1968 con el homicidio del senador Robert Kennedy ocurrido el 5 de junio quien se postulaba a la presidencia de los Estados Unidos; conmovió a todo el país y se produjeron protestas en las principales ciudades de la nación las que provocaron la muerte de unas 50 personas quienes reclamaban por el asesinato donde la historia oficial culparía como autor a James Earl Ray, un sujeto de la raza blanca con algunos antecedentes policiales pero no asesinatos.
Este fue arrestado en el aeropuerto Heathrow en Inglaterra desde donde con un pasaporte falso pensaba viajar hacia Canadá y luego a los Estados Unidos bajo el nombre de Ramon George Sneyd.
Coretta King viuda del MLK y Dexter King, su hijo, exigieron investigaciones de lo que denunciaron como una conspiración semejante a la que rodeó el asesinato del entonces presidente John F. Kennedy ocurrido el 22 de noviembre de 1963 cuando se culpó como el hechor a Lee Harry Oswald quien fue a su vez acribillado a tiros en el torso por el mafioso Jack Ruby.
Finalmente, James Ray fue condenado a 99 años de cárcel, pero falleció a los 70 en la penitenciaría de Brushy Mountain debido a una complicación al riñón provocada por una transfusión de sangre que le hicieron después de haber sido apuñaleado en la cárcel.
La muerte de Martin Luther King no fue en vano porque la huelga que apoyaban él los otros lideres afroamericanos se resolvió a los pocos días del asesinato. En la actualidad y entre otros múltiples homenajes en los Estados Unidos y en el mundo dedicados a Martin Luther King, incluido un imponente memorial en Washington D.C., varias organizaciones cívicas de Simsbury están solicitando que la barraca de la ex granja de tabaco donde trabajo MLK, se convierta en un monumento histórico y un museo que permita a adultos y jóvenes interiorizarse del nombre y papel que jugó este apóstol en la lucha por los derechos civiles en Estados Unidos.