Por Hernando Diosa
Abrumados por la inseguridad y la falta de protección que reciben del Departamento de Policía de New Haven, los comerciantes que tienen sus negocios a todo lo largo de Grand Avenue, del sector de Fair Haven, se han declarado en pie de guerra para tratar de lograr que el gobierno y la uniformada los escuchen y procedan a remediar -de una vez por todas-, el infierno al que han sido sometidos por los drogadictos, los mendigos y los delincuentes en general, que se han apoderado de esta sección de la ciudad sembrando pánico y desesperanza por doquier.
Abandonados a su suerte, asustados por lo que les está pasando, pero convencidos de que algo tiene que hacerse para que escuchen sus peticiones, los comerciantes están planeando convocar una rueda de prensa con todos los medios de comunicación, para que sus quejas sean escuchadas por la opinión pública en general; mientras preparan un plantón en un área específica del sector -cerrando sus vías-, como una forma de protestar el olvido y discriminación que por años han recibido de parte de las esferas del gobierno local.
“Por intermedio de este medio de prensa, nosotros queremos informar a la opinión pública en general que Fair Haven, es tierra de nadie, en donde los delincuentes hacen lo que les da la gana,” decía acusando Alberto Bustos, presidente de la organización “Grand Avenue Special Services District”, que vela por el desarrollo y bienestar de los negociantes de ese sector.
“En los últimos meses hemos visto cómo los criminales realizan sabotajes de toda clase, se entran a las tiendas a asaltar a plena luz del día, y en muchos de los casos rompen ventanas para entrar a bodegas y tiendas, y luego proceder a robar; lo que tiene asustada a nuestra clientela y la hace alejarse de nuestros comercios, al tener que enfrentar también el hostigamiento de esos individuos,” agregaba Alberto Bustos.
De acuerdo con Bustos, el 90º% de los negocios de este distrito municipal, son propiedad de inmigrantes, que se ven impotentes ante la arremetida de la mano criminal. “Lo que pasa aquí es que no existe el apoyo de parte de la ciudad, ni de la policía tampoco. Y estamos atados de manos, porque por más que nos quejemos no vemos resultados. No hay protección de ningún tipo. Esa es nuestra situación.”
Además de la delincuencia desatada en este distrito, la presencia de personas mendigando dinero al frente de los comercios, consultorios, y barberías de esta vital arteria de la ciudad, ha contribuido a que muchas personas de bien se abstengan de transitar por sus alrededores. “Es que no mendigan por monedas o por lo menos un dólar; lo que quieren es que las personas les regalen de $ 5 dólares hacia arriba. Al ser hostigados de esa manera, nuestros clientes ya no quieren volver. Es así como los estamos perdiendo, lo que nos afecta profundamente”.
Los representantes de “Grand Avenue Special Services District”, que tienen a Alberto Bustos como presidente, a Erick González como mánager y a Laura Hernández como tesorera, dijeron que hablaron con el jefe del Departamento de Policía de New Haven, Karl R. Jacobson, con relación a los problemas que han estado confrontando, y él mismo les explicó que “no podían hacer nada porque no tenían suficientes agentes. En resumidas cuentas, nos cerró las puertas al manifestarnos que no tenían los recursos humanos para poder ayudarnos”, relataban. “Y eso no es todo: desde diciembre del año pasado, hemos estado solicitando tener una reunión con él, y hasta la fecha no hemos obtenido respuesta alguna a nuestras pretensiones.”
UN ASAMBLEISTA FANTASMA
A la falta de apoyo policial para los negocios del área, se agrega la nula representación y liderazgo del asambleísta de este distrito, el señor José Crespo, que según los miembros de “Grand Avenue Special Services District”, no es una persona visible. “Al margen de todo, él brilla por sus ausencias en las reuniones mensuales que efectuamos. Nunca ha aparecido por allí. Ese señor fue electo como nuestro asambleísta y representante, pero en verdad no está llevando a la ciudad nuestros problemas,” se quejaban los líderes de la organización de Grand Avenue. “El alcalde debería de ver la manera de solucionar el problema de la falta de policías para nuestra área. El gobierno municipal debe tener en cuenta que nosotros también pagamos impuestos, nosotros generamos empleos, y nosotros movemos la economía de la ciudad de New Haven.”
Gonzáles, Hernández y Bustos, pusieron también de presente el favoritismo y preferencia que reciben otros sectores de la ciudad, en donde no existen las calamidades que ellos confrontan.
“Si comparamos Grand Avenue con los alrededores de State Street, hay una diferencia enorme. Allá no tienen ninguno de estos problemas. Lo mismo podemos decir de la zona de Westville, y la del ‘downtown’ o centro de la ciudad. Por allá hay buenos alumbrados y cuentan con la protección de la policía, que por ahí anda más seguido que por acá.”
Los líderes de “Grand Avenue Special Services District” consignaron que ellos representan unos 120 negocios que hay en ese sector, de los cuales el 95% son de propietarios hispanos. Y que, debido a eso, por el mero hecho de ser hispanos, son discriminados.
Por su parte, John Lugo, presidente de Unidad Latina en Acción (ULA), también puso el dedo en la llaga, al denunciar los graves problemas que confrontan los comerciantes y residentes de la zona: La presencia de docenas de drogadictos que hacen de las suyas en estacionamientos y lotes de la popular vía de la ciudad. “Nosotros tenemos una bodega y hay miembros en nuestra organización que son comerciantes del área, a los cuales tratamos de auxiliar cuando se les meten a sus negocios. Cuando esto sucede, se los mandamos a la policía, y la policía no hace nada. “Si esto pasara en East Rock o pasara en Westville, ahí sí harían algo; pero como es Fair Haven, no les importa”, acusaba Lugo.
El dirigente de ULA además quiso hacer énfasis en la presencia de docenas de drogadictos que proceden a inyectarse en los estacionamientos y lotes aledaños a Grand Avenue., y otras áreas.
“Para uno es un problema y es muy decepcionante descubrir cómo las familias que andan por ahí ven cuando estas personas proceden a inyectarse, sin importarles la presencia de los niños o los adultos que por esos lados transitan”, acusaba Lugo. “Y eso no es todo. Hay veces se ven esos tipos con los pantalones abajo, ya que en ocasiones tienen relaciones en los estacionamientos del lugar, ya sea en el parqueadero de la oficina del correo, o inclusive, aquí atrás del lugar donde nosotros laboramos.”
Lugo puntualizó en el sentido de que la gente del sector está muy enojada por lo que está ocurriendo y el abandono al que por años han sometido a Fair Haven, la ciudad y las autoridades municipales. “Nosotros hemos empezado ya a hablar a ver si realizamos una acción directa para que, de una vez por todas, nos escuchen,” señalaba. “Yo les aseguro que, si nosotros cogemos y cerramos la Grand Avenue por una hora, y decimos unidos: ‘no nos movemos de aquí hasta que el alcalde no venga’, él va a aparecer. Para el caso, convocaríamos a la prensa hablada y escrita y a todo el mundo, a ver si de esta manera empiezan a atender nuestros reclamos.”
Tanto Erick González, Laura Hernández, y Alberto Bustos, cabezas de “Grand Avenue Special Services District”, como John Lugo, de Unidad Latina en Acción, consideran que lo que está pasando en Fair Haven ES TERRIBLE. Y ese también es el sentir de todos lo que trabajan y conviven en este fortín de la economía local. Es que en Fair Haven se mueve la economía local, y pudiera ser mejor si trataran el distrito como una gema de la ciudad.
Los denunciantes consideran que la solución a los problemas del sector se debe empezar a estructurar en base a un trabajo mancomunado y serio entre las autoridades, el poder judicial, y los residentes del vecindario, porque con rigor el peso de la ley.
“Este es un lugar que por años se fue levantando por la acción de los inmigrantes, pero que adolece de la protección de las autoridades. Es que no solamente son los negocios; también asaltan a la gente y a los niños la calle,” decían. “Y cuando suceden estas cosas, nosotros llamamos a las autoridades, sin embargo, éstas no proceden a arrestar a esas personas. Y esto lo decimos porque tenemos varios casos documentados al respecto,” señalaba John Lugo. “Aquí han arrestado delincuentes, que después han sido liberados. Hasta los mismos policías dicen: para qué las arrestamos si en la Corte los van a soltar al otro día.”
Como se podría observar, se requiere de un proceso bien estructurado para tratar de darle solución a los problemas de este distrito, y se necesita de la cooperación de todos en general.
El presidente de Unidad Latina en Acción también hizo énfasis en otro fenómeno: “El otro problema de este sector es que la mayoría de la gente que se viene a inyectar drogas por estos lados, no son de aquí del barrio. Ellos vienen de otras ciudades a establecerse acá y a tomar a Fair Haven como el lugar en el cual pueden actuar impunemente. Y no es solamente el tema de romper ventanas, asaltar las personas o robar descaradamente. No señor. Es que en la esquina de Poplar Street y Grand Avenue, ya ha habido muertos, porque por esos lados se mueve el mercado de drogas tales como la cocaína y la heroína, en donde los implicados se terminan matando entre ellos.”
Como se podrá observar, Fair Haven -uno de los mejores pulmones de la economía de New Haven-, es el sector más desprotegido y discriminado de la ciudad por parte de sus autoridades, y por eso es por lo que hoy clama atención y justicia.
Es HORRIBLE lo que sucede allí, ya que prácticamente los tienen abandonados a su suerte. Fair Haven es un territorio apache -como lo muestran las antiguas películas de vaqueros-, en donde todo puede suceder, y está sucediendo…