Por Juan D. Brito
El mes de septiembre se caracteriza por la celebración de importantes eventos históricos acaecidos en el Caribe y toda Latinoamérica que fueron el inicio de un proceso acelerado de independencia del poderío español.
En una sucesión de sucesos, celebran su independencia de la península española y el imperio las naciones de México, Nicaragua, Honduras, el Salvador, Costa Rica, Guatemala y Chile.
Esta fue una sucesión de los llamados Gritos de libertad y declaración formal de independencia que no se dan por causalidad, sino por la comunión ideológica de líderes de estas naciones, algunos de ellos afiliados a logias masónicas que conocieron las doctrinas libertarias inspiradas por la revolución francesa y los escritos de los filósofos Voltaire y Rousseau, entre otros ideólogos contrarios a las monarquías y los imperios.
El nombre de Francisco de Miranda se da a conocer por su relación con criollos de algunas de las repúblicas que deseaban naciones independientes con su propia identidad ya unidas por la lengua castellana y la religión católica.
Los criollos descendientes de peninsulares eran de hecho los herederos de inmensos territorios donde controlaban la economía a través de sus haciendas y la explotación del estrato llamado por ellos “inferior” del mestizaje de hijos de peninsulares y nativos sobrevivientes.
Esta historia se inicia con el arribo de Cristóbal Colón al llamado Nuevo Mundo que habría “descubierto” por equivocación dada la idea de los Reyes Católicos Fernando e Isabel del imperio español de llegar a las Indias por una ruta más corta cruzando el Atlántico hacia el Oeste. Se inicia así la violenta invasión militar, social, política e ideológica de las tierras localizadas hacia el sur. Ya para el año 1800, varias generaciones de peninsulares se establecían alrededor de virreinatos que regían con mano dura el destino de los habitantes, hijos de españoles nacidos en el continente.
En los denominados “criollos” había comenzado a nacer el deseo de independizarse del imperio español y de la imposición de gobernadores corruptos y abusadores que administraban la exigencia de subidos impuestos y controlaban el comercio de esclavos africanos.
Las poblaciones aborígenes sobrevivientes ya diezmadas por siglos de explotación se habían mezclado con los invasores europeos y se les denominaba mestizos. Estos vivían como sirvientes de criollos y españoles “puros” en las duras tareas del campo, la explotación minera y la servidumbre.
A comienzos del siglo dieciocho la corte española se encontraba afectada por graves problemas políticos de sucesión dada la ineptitud del rey Carlos IV, el último sobreviviente de la dinastía borbona quien prácticamente no ejercía labores de gobierno que delegaba en Don Manuel Godoy, también conocido como El Príncipe de la Paz. Al hijo de Carlos, Fernando VII, no le era permitido gobernar, cuestión que llevaría a Napoleón Bonaparte auto coronado Emperador de Francia, a interesarse en los reinos de Portugal y España.
Todos estos graves hechos llegaban a oídos de los súbditos españoles latinoamericanos y a los criollos que vieron la posibilidad de conseguir una ansiada independencia. El momento llega cuando entre los meses de octubre y noviembre de 1807, ejércitos franceses ingresan a Portugal y España obligando al exilio de la Corte española en México y Argentina donde se mantenían los virreinatos en los que se delegaban las políticas administrativas.
Las noticias del abandono del inepto rey Carlos IV, de Don Manuel Godoy y de Fernando VII de España, espanta a los peninsulares quienes se aprestaron a defender los virreinatos y sus posesiones en las nacientes naciones de una posible y temida invasión francesa. Napoleón, aunque los historiadores consideran que no estaba del todo animado a controlar más territorios, nombra como regente de España a su hermano José Bonaparte quien se enfrenta con un levantamiento espontáneo del pueblo español debido a la brutalidad de los soldados franceses. De esta manera guerrillas españolas se enfrentan en sangrientos encuentros y batallas en contra de los soldados extranjeros de los ejércitos de los generales Junot y Dupont.
Aunque el regente Fernando VII no era tan conocido, se convierte en el líder en ausencia del levantamiento.
Este fue el momento en que los criollos aprovecharon la oportunidad para reclamar la independencia después de brindar un apoyo inicial a los llamados chapetones, españoles puros, y establecen repúblicas bajo las ideas de fraternidad, libertad e igualdad, que más bien se aplicaron a este estamento social dueños de tierras y encomiendas de mestizos.
Estos hechos han merecido celebraciones locales donde en el presente se reconoce la cultura y herencia de las repúblicas representadas en nuestro estado a través de un largo y a la vez doloroso proceso de inmigración debido al racismo que perdura en los Estados Unidos.
Es así como México constituye uno de los ejemplos de esta lucha por la independencia y sus nacionales establecidos en Connecticut y otros estados de la nación americana, se suman en septiembre a las celebraciones que en el país azteca comienzan el 15 de septiembre y culminan el 16, fecha oficial de la independencia.
Los mexicanos de nuestro estado celebrarán el próximo jueves 16 de septiembre a las doce horas en la explanada del Capitolio en la calle Capitol y por sexto año consecutivo su día de independencia e izarán por sexto año consecutivo la bandera mexicana en uno de los mástiles del Capitolio conmemorando sus doscientos once años de independencia y el tradicional “Grito de Dolores.”
En este solemne evento en que se entonará el himno nacional mexicano, se contará con la presencia del Cónsul General de México en Nueva York, Honorable Jorge Islas López, la subgobernadora del estado de Connecticut Susan Bysewyez, los representantes estatales Matthew Ritter y Edwin Vargas, Luke Bronin, alcalde de Hartford y Mark Overmyer-Velázquez, director del recinto de Hartford de la Universidad de Connecticut, entre otras personalidades.
Esta celebración comenzó en el 2016 por iniciativa del artista Carlos Hernández-Chávez, cofundador y ex presidente de la Academia de Mariachi de la Nueva Inglaterra. Después de la ceremonia en el Capitolio, el evento culminará con una recepción que se iniciará a las dos de la tarde en el Museo de la Sociedad Histórica de Connecticut localizada en el número 1 de la calle Elizabeth en West Hartford y a la cual están todos invitados.
Durante este mes, iremos dando a conocer otras celebraciones que se llevarán a cabo durante este mes de septiembre.