A diferencia del Hospital de Hartford, el Hospital Saint Francis y el Hospital de los Niños de Connecticut situados en áreas accesibles para la población de la ciudad capital, el monumental perfil del Hospital de UCONN fundado en 1970 y situado en el suburbano pueblo de Farmington es visible desde millas de distancia y cuenta con una diversidad de especialidades.
Durante las recientes décadas se han ido agregando otros edificios a la torre original de perfil redondo tales como una nueva y contemporánea ala para los efectos de hospitalizaciones. Esta institución también incluye a la escuela de medicina y odontología de la universidad y el nuevo edificio denominado investigación bio medica construido en 2012 con un costo de 840 millones de dólares.
Lamentablemente esta expansión no ha ido a la par con la situación financiera y la gigantesca institución ha estado afectada por problemas financieros desde el 2000 y de acuerdo al periodista Christopher Keating ha permanecido presupuestariamente en rojo durante la estadía de cuatro gobernadores. Ahora Ned Lamont ha recibido el legado de una institución que puntualmente cada año necesita de millones de dólares para mantenerse en pie.
Por este motivo se estará llevando a cabo una estricta evaluación estratégica para determinar el futuro de este gigante localizado en las alturas de Farmington. Allí llegan los estudiantes de medicina, odontología y los interesados en tareas de investigación médica.
En el ya existente clima de inquietud que ha provocado la anunciada evaluación estratégica cuyo costo se desconoce, se teme el posible cierre de las escuelas de medicina y odontología, entre otras áreas.
Pero hay otras preocupaciones en cuanto al financiamiento y fiscalización de quienes son bien pagados empleados de esta institución.
En la sección de investigaciones bio médicas con profesores estadounidenses y extranjeros se investigan temas interesantes para el futuro bienestar de pacientes.
Uno de ellos es el estudio acerca de las razones fisiológicas por la cual los roedores pueden reponerse más rápidamente de fracturas.
A una joven francesa se le asignó la triste tarea de fracturar diariamente decenas de piernas de ratitas para observar el proceso de auto sanación que podría dar luz a los aún misterios para el ser humano. No era un trabajo agradable ya que implicaba el factor dolor de las ratitas. Sin embargo, esta joven decidió dejar su carrera porque el profesor jefe un nacional de otros país, le hacía repetidos acercamientos sexuales y ya tenía un historial con otras estudiantes asignándoles tareas dolorosas a jóvenes que no aceptaban sus requerimientos. Era intocable y los reclamos nunca llegaban a sanciones o amonestaciones.
Otro caso. Hace cuatro décadas, cientos de personas de recursos bajos o moderados, adultos mayores y estudiantes acudían a la sección de servicio dental dependiente de la escuela de odontología para conseguir a menor costo placas dentales, puentes, tapaduras, extracciones y tratamiento de raíz de molares. Lamentablemente este servicio fue descontinuado cuando se pusieron de moda los implantes cuyo costo es ahora semejante o mayor al que cobran los dentistas en sus clínicas privadas.
Entonces se puso de moda la extracción innecesaria de molares y dientes aun sanos para dar lugar al espacio a los implantes.
Julián permitió que se le extrajeran cuatro molares que contaban con puentes los cuales le había durado más de tres décadas y que aun eran útiles. Sin embargo, cuando le dieron a conocer el costo de sus implantes la cuenta ascendía a más de 10,000 dólares sin facilidades de pago y hasta hoy sufre dificultades para mascar en ambos lados de su dentadura.
Estas son algunas de las quejas recogidas de estudiantes y pacientes, además de los inhumanos turnos que dejan a los residentes exhaustos.
De acuerdo a expertos, no todos los hospitales cuentan con apéndices tales como escuelas de medicina, dentales o centros de investigación bio médica y se da como ejemplo al hospital de la Universidad de Harvard en Massachusetts cuyos estudiantes de medicina y de odontología llevan a cabo su práctica y residencia en otros establecimientos hospitalarios que les necesitan.
Los legisladores ya molestos por la fragilidad financiera a la que ha llegado anualmente el gigante de la salud de Farmington que cada año solicita más y más dólares, consideran que existen problemas para fiscalizar los gastos de un modo efectivo y dieron este ejemplo fue el caso del profesor de la escuela de medicina Pierluigi Bigazzi de 84 años quien ya fallecido por cinco meses recibió 11 cheques hasta que se supo que su cuerpo había sido hallado el 5 de febrero de 2018 por la policía probablemente asesinado en su residencia en Burlington.
¿Cómo es posible que nadie se haya dado cuenta de la desaparición de un empleado? preguntó Kevin Kelly, el líder republicano del senado refiriéndose a este caso.
Finalmente, la pregunta es cuánto tiempo durará la evaluación financiera estratégica del Hospital Gigante de UCONN y el costo aún se desconoce, pero en círculos apolíticos y estrictamente técnicos el tema es de quien le pondrá los cascabeles al gato o, en otras palabras, quienes y como se podrá controlar la tasa de gastos y los anuales lloriqueos pidiendo más dinero.
Las super burocracias de organismos estatales tienen una forma de defender sus privilegios y prebendas, pero ya la Universidad de Connecticut que cobra precios altísimos a los estudiantes para su educación y paga millones de dólares a los entrenadores de los equipos deportivos, requieren de este impostergable proceso de evaluación, tarea difícil, pero no imposible.
(En un cuadrito)
Gino Auriemma el eterno director técnico de las Huskies firmó un nuevo contrato por 610,000 dólares al año además de bonos.
Un estudiante que reside en Connecticut debe pagar por semestre $35,764 dólares.
Un estudiante de fuera del estado que reside en Storrs debe pagar $58,432 dólares.