Por Hernando Diosa
Hastiados y cansados de la falta de acción y presencia policial en el sector de Fair Haven, varios dueños de negocios y residentes de este vecindario convocaron a una rueda de prensa el pasado martes en las horas de la tarde, en la esquina que forman Grand Avenue y Blatchley Avenue, para develar los horrores que están viviendo y el abandono al que han sido sometidos por parte de las autoridades locales.
Desafiando las bajas temperaturas de ese día, pero con el corazón ardiendo en busca de justicia, los comerciantes coincidieron en demandar más protección de la ciudad y del Departamento de Policía de New Haven, porque de lo contrario tendrán que incrementar la lucha por sus reclamaciones con el envolvimiento de toda la comunidad, o en último caso, mudarse hacia otros lugares donde poder trabajar y vivir en paz.
“Hoy nos encontramos al frente de una escuela, y es muy doloroso que estos niños tengan que ver cómo los drogadictos se inyectan al paso de ellos, y eso no es justo,” decía John Lugo, presidente de Unidad Latina en Acción (ULA).
“La ciudad no hace nada, la policía siempre está diciendo que ellos no tienen suficientes agentes, y la solución que nos dio José Crespo (asambleísta del distrito), la semana pasada fue decir que nosotros deberíamos pagar de nuestros propios bolsillos para tener presencia policial aquí, y nosotros le respondimos que nosotros no haríamos eso,” señalaba el representante de ULA. “Le dijimos que nosotros pagamos nuestros impuestos, trabajamos, y abrimos negocios; pero a la misma vez estamos perdiendo esos negocios en este vecindario por falta de garantías, ¡Y YA ESTAMOS CANSADOS! Enough is enough!
Por su parte, Alberto Bustos, presidente de” Grand Avenue Special Services District”, una organización que vela por el bienestar de los comerciantes de la zona remarcó con fuerza el problema que se vive en el área, que según él no se presenta en otros sectores de la ciudad en donde reside gente blanca.
“Nosotros tenemos muchos problemas de seguridad en Fair Haven, que no se presentan en otras áreas de la ciudad. Debido a eso vemos cómo los negocios han perdido a muchos de sus clientes, porque a éstos les da miedo asomarse por el área,” remarcaba Bustos. “Nosotros hemos hablado con diferentes funcionarios de la ciudad, y no nos quieren ayudar. Imagínense ustedes, nosotros pagando impuestos y ellos sugiriéndonos que nosotros paguemos por nuestra propia policía. Por eso es por lo que estamos hoy aquí, para explicarle a la gente nuestra situación.”
“En el lugar donde yo estoy ejerciendo mi trabajo, muy a menudo somos víctimas de robos, y cuando denuncio estos atropellos, la policía no ha actuado como debe ser. Simplemente no aparecen, o llegan de una manera que nos les importa de verdad esta clase de situaciones. Y en reiteradas ocasiones, finalmente al victimario lo dejan salir libre, sin ningún cargo,” expresaba la señora Carolina Vergara, propietaria de un negocio de uñas en esa vecindad.
“Aparte de eso, en uno de los últimos atentados que ocurrieron en mi negocio, un sujeto ingresó al negocio con un arma de fuego para amedrentarme con la misma. En ese mismo momento alguien llegó en mi ayuda -una persona aquí presente-, y aquel hombre salió huyendo por la calle. Cuando la policía llegó, entre una compañera de trabajo y yo tuvimos que asesorar a los agentes hasta conducirlos al lugar donde se encontraba el asaltante. Los policías, lentamente se fueron tomando su tiempo para acercársele al sujeto aquel, algo que tomé yo como una clase de burla hacia nosotros, y luego de detener al delincuente, lo soltaron nuevamente,” explicaba a los presentes a la rueda de prensa la señora Vergara. “Esa situación le fue expuesta al alcalde, y él nos dijo que no había recursos económicos para poder sostener el área de Fair Haven. ¡Y eso me luce a mi como si nosotros los locatarios no estuviéramos pagando los arriendos correspondientes, “¡QUE BASTANTE ALTOS SON!
“La inseguridad y el abandono en que nos tienen en Fair Haven, me parece a mi una falta de respeto de esta administración”, finalizaba diciendo Carolina Vergara.
La propietaria de “My Lupita Bakery”, Yolanda Guzmán, aprovechó el momento para enviarle un mensaje a la primera autoridad de la ciudad. “Yo quisiera decirle a nuestro alcalde, con todo respeto, que necesitamos más seguridad en Grand Avenue y sus alrededores, porque por aquí se mueven muchos niños, muchas familias, y muchas personas que vienen a comprar alimentos y productos para sus hogares. Por esa misma razón le pido que por favor nos brinde más protección policial, para que todos estemos mejor resguardados.”
Otro de los asistentes al evento, el señor Erik Amaya, también tomó la palabra para denunciar que él había tenido que mudar su compañía de diseño de Fair Haven hacia East Haven, debido al acoso a que se veían forzados sus clientes y su propia familia por parte de drogadictos y delincuentes.
Una buena cantidad de pancartas fue desplegada en la actividad, aludiendo al mal momento que se vive en esta gran comunidad, que trata de sobrevivir en medio de tanto caos. Los letreros decían: “¿Dónde está el alcalde?”, “Mi hijo fue asaltado y no pasó nada”, “We say: ¡Enough!”, “Decimos ¡Basta!”, “We are not going to pay more for police out of our pocket”, y otros más.
“Si esto continúa, nosotros tomaremos las calles y vamos a realizar diferentes acciones para así poder atraer la atención de las autoridades”, dijo al terminar la sesión John Lugo, de Unidad Latina en Acción.
Los manifestantes dijeron que llegado el caso considerarían el mudar sus negocios hacia otros lugares, si la situación de este vital sector de la ciudad no varía.