Pregunta
Querida y siempre admirada tía.
Soy una muchacha estudiada matriculada en cursos en el Colegio Capitol y he establecido una relación sentimental con un muchachote que dice ser artista y poeta, aunque lo que estudia es cuestiones digitales y está interesado en la Inteligencia Artificial (IA) que, según él, dominará el mundo con robots y todas esas madres.
Le escribo en los precisos momentos en que anuncian que Donald Trump ha sido acusado legalmente por el magistrado Jack Smith por haberse robado documentos militares ese día 21 de enero de 2021 cuando finalmente y gracias a Dios se tuvo que ir desde la Casa Blanca porque allí hacia negocios privados con sus hijos y yerno.
Alegres y con el alma llena de esperanzas para que lo metan en la cárcel, salimos a celebrar a un Happy Hour porque también estamos emocionados porque se fue el humito canadiense que mucho fastidió a los pulmones, pero que los sabidos dicen que volverá.
Volviendo al caso de Johnny mi enamorado, la verdad es que sus pinturas son más extrañas que una carrera de tortugas en patineta o una competencia de velocidad de buses escolares a la una de la mañana en la I-84.
Le gusta pintar murales para que la gente pueda apreciar mejor su subconsciente, trasfondo instintivo y alucinaciones telúricas. En uno de ellos me pone a mi media esnua con una cola de sirena y alas de ángel. Menos mal que no le salió muy bien mi rostro y así no paso vergüenzas. Como poeta es reactivo y le incluyo unos versos de un poema más largo que se intitula “De un polvo venimos y en otro polvo nos convertiremos Aleluya.”
Ráfagas de humo con olor a letrina,
Y cenizas que me producen febril carraspera,
Me apagas la luz de la luna y la del rey sol,
Me los transformaste en imágenes fantasmagóricas,
Ironía de un universo constipado,
donde nos tragará un hoyo negro.
Estos versos los leyó en la cafetería parado arriba de una mesa y ya obtuvo el sobrenombre de Calígula de la Poesía lo cual me da pena porque él de tratar, trata.
Sin embargo, además de las vergüenzas que paso cuando se ríen de él, es su atuendo lo que me preocupa. Este tipo va al colegio con piyamas y chancletas de esas que se usan en Rocky Neck, moda que ya ha llegado a los estudiantes de la escuelas superior Bulkeley y a jovencitas de colegios del área.
Como Johnny también se las da de investigador y desea estudiar estadísticas en el colegio Quinipiac, elaboró una encuesta para gente que como él usan piyama y no se lo sacan por las mañanas. He aquí las preguntas.
¿Se baña usted por las mañanas? ¿En caso afirmativo cuán a menudo? ¿Se siente distinto o distinta usando el piyama en escuelas y universidades? “¿Siente angustia cuando tiene que bañarse? ¿Lava usted el piyama o ahorra agua y detergente? ¿Le preocupa a usted el olor que emana un piyama después de tres días de uso? ¿Usará el piyama el día de su graduación?
Curiosamente tía, obtuvo la respuesta de sesenta y siete estudiantes y de un maestro, además de muchachas que van a comprar té agua sucia a los DD. Los resultados los está tabulando, pero se los envío para que usted vea como se bate el cobre.
Un 85% de los encuestados y encuestadas no se bañan por las mañanas y un 75% se baña cada dos días. Un 60% dicen sentirse orgullosos u orgullosas de sus piyamas sin lavar y la opinión del prójimo no les importa. A un 98% no les preocupa el olor del piyama después de un uso sucesivo. Un 43% usará el piyama para la graduación cubiertos por la toga y el birrete. Un 60% afirman que les angustia ver las duchas.
Tía, yo no uso piyamas porque me producen asco y me baño tres veces al día. Me preocupa la posibilidad de cohabitar con una persona ingeniosa y creativa que no se baña. ¿Debiera seguir con él, o cuando salgamos del semestre de verano lo dejo forever? Mi mamá no lo puede ver y mis primos lo apodan Desodorante de Zorrino Excreta.
Herminia
Respuesta
Querida Herminia, quisiera advertirle a Johnny que tenga mucho cuidad con hacer encuestas en los DD de Hartford, en los Walmart o en el Green de New Haven. A algunas personas que usan piyamas y les preguntan asuntos relacionados con la higiene básica se pueden enfogonar y Johnny podría caerse en un festival de patadas. Es que mucha gente está ya enojada por las changuerías de Trump y tienen los nervios más crispados que mano de momia.
Lo que sucede mi amor es que en realidad hay cambios en el vestir y a veces estas chifladuras de Trump, el humo canadiense y el calor son formas de rebeldía o modos de sentirse distintos.
El sociologo Hugo Beltrán autor del libro “Nalguerismo y otras inclinaciones hacia el Hoyo Negro,” ha enumerado las formas de protesta e inconformidad ya sea en contra de los padres, los esposos, vecinos, trompistas o autoridades escolares.
Beltrán ha definido el nalguerismo como una forma de realzar esta área carnosa del cuerpo humano usando shorts estilo tanga que muestra todo cuando las nenas se agachan. El sociólogo afirma que ya la iglesia católica y los pentecostales han determinado que estas tendencias son contrarias a la fe y a las enseñanzas de la Biblia, aunque en muchos capítulos del Antiguo Testamento se habla del taparrabos que usaba San Juan Bautista y túnicas transparentes.
La minifalda fue otra expresión de protesta de las nenas en los 60’ porque se aburrían de mostrar solamente el área inferior de la rodilla y como tú sabes que en esto de atraer pareja hubo, hay y habrá mucha competencia.
Indica Beltrán que el “escote mucho demasiado” ya pasó de moda porque ahora se usan las blusas transparentes y la ropa apretadísima y ajustada en las nalgas, la cintura y los senos.
Beltrán también se refiere al uso excesivo de piyamas, pero asegura que, con la llegada del calor típico del estío, aumentará el uso del short ultra y con rajas, el short tanga y los bikinis hilo dental.
Yo te diría Herminia que tu enamorado debe madurar tanto en el arte, la poesía y su vestimenta porque en otros ambientes más sofisticados tales como museos, estas changuerías de piyamas y short nalgueados no caen bien.
Circula el rumor de que los integrantes del KKK que viven en South Windsor y Manchester que son racistas con mayúsculas estan enojados porque en los nuevos estudios del cosmos se habla mucho del hoyo negro y jamás se ha mencionado el hoyo blanco.
Les deseo un buen verano y cuando vayan a las tristes playas de Connecticut no se metan muy adentro donde se ven algunas olas porque hay un déficit de salvavidas, aunque no se han mencionado tiburones.
Quizás nos veamos en las playas de Rhode Island donde todavía se huele la sal.
Julia
Comentarios a los sabios consejos de la Tía Julia.
Mi nombre es Roberto y vivo en Windsor. La otra madrugada cuando regresaba al sagrado seno de mi hogar porque trabajo de enfermero en el Hospital de Hartford, caí en una encerrona de estos ociosos aficionados a las carreras en las carreteras guiando a 140 millas por hora. Me alegré de que los arrestaran y mostraran sus caretas porque si los veo se las voy a arañar con mis uñas filudas. Realmente mi novio Carlos y yo estamos enfadadas.