Por Juan D. Brito
La tragedia de una sección colapsada del edificio de 12 pisos de condominios localizados frente al mar en la torre Champlain South en Surfside, Florida, ha provocado en la opinión pública de los Estados Unidos una mezcla de sentimientos encontrados.
Al espanto, la sorpresa, la tristeza, la frustración, es ahora reemplazada por la indignación debido al conocimiento de una serie de fatídicos detalles que demuestran la avaricia de los vendedores de condominios cuando ofrecen sus productos y su negligencia cuando no escucharon las múltiples alertas de parte de los dueños de los Condos o inquilinos.
Algunas personas se han también enterado de que al comprar una unidad de condominios es legalmente semejante a la adquisición de una casa y es usted responsable por la mantención de la estructura lo cual no es necesariamente considerado en el medio del entusiasmo por tener una preciada vivienda con vista al mar.
Al cierre de esta edición las valientes cuadrillas de trabajadores que remueven con cautela los restos de escombros, fierro y mobiliario de la masa de escombros, se habían desenterrado a 18 víctimas, pero aún hay 147 sepultados bajo toneladas de material de construcción y es muy posible que los esfuerzos por encontrarles vivos se hagan cada día más difícil. Las esperanzas de rescatar sobrevivientes han ido disminuyendo en la medida que pasan las horas.
Algunas de las personas que habitaban el sitio del desmoronamiento acaecido hace poco más de una semana, dijeron a la prensa que habían estado escuchando crujidos en la madrugada poco antes del colosal derrumbe muy semejantes a los de un proceso de construcción. Marissa despertó a sus hijos y lograron llegar al parqueadero donde oyeron el impacto del colosal desmoronamiento, pero fueron afortunadamente rescatados.
Otra dama de 81 años dijo haber escuchado un sonido y vibraciones semejante a un terremoto y cuando se asomó a la ventana, los condominios frente al suyo habían desaparecido y una nube de polvo ascendía hasta su departamento. También logró ser rescatada.
Analizando las edades de las victimas que fueron halladas por las cuadrilla de rescate se observa una amplia diversidad. León Oliwkowicz tenía 80 años, Christina Beatriz Elvira 74, Antonio Lozano 83, y Gladys Lozano 79. Otros fenecidos como Luis Bermúdez tenía 26, Anna Ortiz. 46, Manuel Lafont 54 y Stacy Dawn Fang, 54.
Aunque se desconoce el nombre y las edades de los que están aún desaparecidos, testigos que vivían en la torre derrumbada afirman que muchos eran pensionados o jubilados que habían encontrado en el condominio su morada ya que tenían vista al mar y el ambiente era tranquilo y seguro, pero había también residentes que eran profesionales y muchas familias con niños.
La torre se aproximaba a las cuatro décadas de antigüedad y la asociación de residentes habían contratado a la firma Morabito Consultantes para preparar la recertificación del edificio que se inició con el trabajo de ingenieros en el 2018. Después de la inspección de las 136 unidades los propietarios de los condominios recibieron la mala noticia de que el edificio necesitaba desesperadamente reparaciones.
Se afirmaba en el funesto informe que había deterioro en las columnas de concreto y resquebrajaduras en la base, además de oxidación y herrumbre en las columnas de metal. Morabito en ningún momento dijo que el edificio era inseguro, pero si afirmó que las reparaciones eran sumamente necesarias para mantener la integridad de la estructura.
Las reparaciones para realizarse costaban una cifra estimada de 9.13 millones de dólares que deberían pagar los propietarios de los condominios agrupados en una asociación. Es que legalmente y después de la venta, quienes adquieren la unidad se transforman en propietarios y son los encargados de cubrir las necesidades de reparaciones o innovaciones no solamente de su unidad, sino que de TODA la construcción.
Rosa Prieto de la municipalidad de Surfside recibió también el informe de Morabito, pero se comunicó con la Asociación del Condominio expresando que el edificio estaba en BUENAS condiciones.
Paralelamente la Universidad Internacional de Florida había publicado un estudio demostrando que el terreno en el área de Miami se estaba hundiendo pero que no era tan notorio, salvo en algunos sectores en el oeste de Miami donde la elevación con respecto al nivel del mar es menor. Uno de estos lugares era exactamente dónde estaba localizada la Champlain Tower South.
El investigador Shimon Wdowinski, profesor del Departamento de Terreno y Ambiente de la Universidad de Florida informó que la tierra bajo el condominio se estaba hundiendo a razón de 1.9 milímetros por año durante un periodo de seis años que se iniciaba en 1990. De acuerdo a estos cálculos, el edificio se había hundido dos pulgadas en los últimos 28 años. Este informe publicado en el 2020 probablemente no llamó la atención de los propietarios de los condominios porque el estudio se enfocaba más bien en el peligro de inundaciones.
Sin embargo, los investigadores también notaron problemas en la techumbre del edificio y filtraciones de agua que afectaron los materiales del techo. También los asociados del condominio recibieron la noticia de que el subterráneo y secciones del garaje estaban en una condición peor a la detectada en el 2018.
Según los ingenieros imparciales como Julio Ledezma, es importante aclarar en el lenguaje usado en los resultados de las investigaciones, la diferencia entre cemento y concreto y los posibles problemas de resquebrajaduras en cimientos y murallas.
El cemento es un conglomerado cuya cualidad es endurecerse al contacto con el agua. El concreto es el resultado de la mezcla del cemento con otros otros dos o tres ingredientes. Recientemente muchos propietarios de casas notaron un deterioro en sus cimientos que se atribuye al uso de un material llamado pyrite o pyrrhotitc que es un sulfato de hierro que al mezclase con el cemento para hacer concreto acelera el deterioro de los cimientos con grietas y fracturas de estos.
Este tipo de daños aparece después de unos diez años y a modo de ejemplo, hay 35,000 casas en Strafford Spring afectadas por este problema que cubre un periodo de tiempo entre los años 1983 y 2015. Corregir el problema y rehacer cimientos cuesta entre 250,000 a 350,000 dólares que deben pagar los propietarios que actualmente imploran ayuda de las autoridades. Las compañías constructoras evaden responsabilidad con la sigla LLC o bien traspasándola a otros dueños que no se hacen responsables por lo hecho.
En la medida en que se analice el tipo de concreto de las paredes y cimientos del Champlain Tower South probablemente salga a la luz este tipo de complicaciones que además de la negligencia de lidiar a tiempo con las advertencia de los ingenieros, ponía a los propietarios en la difícil situación de pagar los elevados gastos de reparación. De los $15.5 millones que anunció Morabito, la asociación de inquilinos solo podía ofrecer $707,003 dólares.
Las lecciones para el futuro son entre otras pedir informaciones de ingenieros con credenciales que evalúen la posible compra de un condominio. Estar pendiente de que la construcción de los edificios no haya sido hecha con concreto de cemento infectado con el pyrrhptic. Entender que cuando usted compra un condominio es semejante a adquirir una casa y la mantención de ella corre por su cuenta o la asociación de dueños de las unidades. Evitar el adquirir de condominios a las orillas del mar y expuesto a filtraciones de agua salada, y lo que es muy importante, estar pendiente de quienes son los contratistas revisando sus récords.
Finalmente, es bueno recordar que hace más de dos mil años, de acuerdo al evangelio de San Mateo, Jesús y refiriéndose a los verdaderos discípulos les comparó a los buenos y los falsos con la construcción de una casa.
“La casa edificada sobre roca resistirá el embate de vientos y los torrentes de la lluvia. El edificio construido sobre arena se derrumbará y su ruina será estrepitosa.”
Si desea vivir seguro o segura para disfrutar sus últimos años de vida es mejor habitar una construcción levantada antes de la década de los 80,’ cuando comienza el boom de la construcción y los engaños de contratistas que ahorraban mezclando el cemento con más arena, y una ausencia de ética por parte de los vendedores conocedores de estos embelecos.
¿Se podrán evitar nuevos derrumbes en condominios situados en las costas de Miami? La verdad es que nadie puede afirmar con seguridad que aquello que se ofrece a la venta dure mucho tiempo y que los contratistas digan la verdad.
Ahora roguemos por las vٕíctimas y sus familiares. Es que nadie merece esto.