Pregunta
Tía Julia:
Quizás esta pregunta le parezca propia del tiempo de Halloween y suene más siniestra que un disfraz con la cara de Donald Trump o del vejete Giuliani, pero me atrevo a hacérsela confiada en que usted me iluminará antes esta difícil disyuntiva que ha deteriorado profundamente las relaciones de mis 33 años de matrimonio con Pascual, un tremendo tipo que me ha atendido bien, pero que se hace llamar agnóstico (no confundir con asmático) y que no cree en el Papa ni es los pastores de almas, dizque.
Ya tenemos 64 pepas, los hijos están casados, y gracias al Todopoderoso retirados de nuestros aburridos y laboriosos trabajos en el Departamento de Vehículos, y en la actualidad enfrascados y embebidos en este fatídico tema de cómo proceder cuando dejemos de respirar permanentemente.
Yo le he dicho a Pascual que quisiera que me enterrasen en un cementerio de Simsbury que tenga una hermosa vista hacia una montañita donde crecen hermosos pinitos y florecitas silvestres a las que acompaña el sonido cristalino del agua en una quebradita.
Sin embargo, este hombre que se ha puesto más maceta que dueño de estación de radio, me trajo el otro día en crudos números el costo de un funeral con entierro y el asunto se eleva como a $12,000 billetes ya que deseo que haya una misa con coro gregoriano, que en lo posible la ceremonia sea oficiada por un obispo, y haya muchas rosas que son mis flores preferidas.
Pascual me ha dicho que quiere que lo incineren, es decir lo transformen en cenizas y que estas sean arrojadas al río Connecticut donde siempre ha ido a navegar en su bote “Mi Negrita.” Con los descuentos y los especiales que están tirando todo sale por $3,000 y te regalan el ánfora y una extra por 500,” me dijo como si estuviese hablando de ir al Super Stop & Shop a comprar papel de toilette; ¡Oh, Dios!”
A mi la idea de ser cremada me da escalofríos ya que pienso que cuando uno comienza a mirar para adentro para siempre no es tan definitivo y tal como decían en una película llamada el Monje Desquiciado, una queda como en estado de zombi hasta que, de poco, con suerte, se va al cielo.
En estas disputas matrimoniales se han metido mis hijas quienes, aunque adoran a su pai, están criticando a Pascual por lo duro, tétrico y macabro.
“Nosotras quisiéramos llevarte flores al cementerio para el día de tu cumpleaños y de los Muertos,” han protestado las muchachas, pero Pascual no da su brazo a torcer diciendo que eso de los cementerios es un negociado tan grande como el de las tarjetas de crédito y “qué más da donde lo entierren a uno cuando de todos modos va a explotar el volcán en Las Canarias el 4 de noviembre de 2024 y el tsunami se va a llevar todo.”
En nuestra última discusión que tuvo lugar en un restaurante de Bristol, Pascual se enojó y me dijo que quisiera yo o no, también me iba a cremar y que no me quejara ya que el calor me ayuda ya que tengo la presión arterial baja, siempre paso frío y debo levantarme muchas veces de noche para orinar.
Como no deseo quitarle su tiempo, deseo saber si yo puedo demandar a mi esposo donde la doctora Polo y asegurarme de que este bárbaro sangre gorda no me vaya a cremar en contra de mi voluntad.
¡Qué pase una feliz noche de Halloween!
Teresa XX
Respuesta
Querida Teresita: No se si las XX significan Extra Large o que naciste en el siglo XX que es la forma de identificar siglos con números romanos. De todos modos, te doy las gracias por confiar en mi humilde entendimiento para resolver esta situación que, aunque no lo creas, no es algo nuevo.
Te diré que incluso hay gente que se ha divorciado ya que no se han puesto de acuerdo en este asunto que jamás se discute cuando estas recién casada y todo reboza de pasión; sino que en este periodo de la vida en que la artritis reumática, flatulencias, implantes, crujías, citas médicas, gases estrepitosos y estreñimiento, torturan la existencia, según me han contado.
Primeramente, no vayas a hacer el ridículo donde la Dra. Polo que quizás coja tu caso, pero que como sabes, se pone a veces a cantar, trae magos y como que se le va el tema del litigio.
Lo que te puedo decir es que tienes derecho a dejar un testamento en el que se exprese tu voluntad de lo que haya que hacer con tus restos mortales después que se te olvide respirar. Hay gente y a modo de ejemplo, que hasta deciden entregar su cuerpo a la investigación médica y a la ciencia, mientras que otras hasta desean que se les envíe en un cohete al espacio para que sus cenizas sean llevadas por el viento sideral a otras galaxias donde podrían resucitar.
Un billonario amigo de Trump al que éste le debe muchos chavos, dicen que quería que lo congelaran para descongelarlo como a un pastel navideño en el año 2135 como a las cuatro de la tarde y seguir conspirando en contra de la democracia. Otro desea que lo dejen en un satélite que gire alrededor de Neptuno donde es más frio y el cadáver se conserva mejor.
Hay parejas que deciden las entierren juntas para viajar acompañadas desde acá, hacia el misterio del más allá “para compartir la experiencia” como decía una Californiana.
Yo te sugeriría que dialogues con un abogado del patio donde la primera consulta es gratis, y hagas un testamento en el que con detalles expreses tu voluntad para el día en que exhales el último suspiro.
Por supuesto que los deseos se pagan en cash en los Estados Unidos y debes por lo tanto abrir una cuentecita de banco para iniciar la compra del terrenito con vista a la montañita, alquilar la limosina para los deudos, comprar las flores en Stop & Shop que tiran especiales, preparar el velorio donde debiera haber comida y bebida, y adquirir un buen ataúd de madera de palo donde depositen tu cuerpo. Si te da la gana, puedes incluso preparar tu propio epitafio que podría decir:
“Aquí yace Teresita doble equis,
Que se negó a que el marido la quemara,
Que prefirió ser para siempre enterradita,
Con vista al lago bajo un cielo carmesí,
Y al ladito de su bendita quebradita”
Trata de no morirte todavía que la vida merece vivirse, legalmente y sin excesos carnales.
Tu Tía que te quiere.
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Comentario a los Sabios Consejos de la Tía Julia. Un primo de mi esposa que se cree blanquito, pero al que de lejos se le nota la mancha de plátano, admira al mentiroso y mentecato de Trump. Sin embargo, yo ya tengo encargado mi disfraz con la cara del embustero Trump, pero mi cuerpo será el de un lechón. Mi esposa dice que no desea discusiones y disputas por esto de los disfraces. Yo quería que ella se consiguiera un traje de bruja con la cara de la Melania Trump, pero rehusa. ¿Como la ve?