Pregunta
Tía Julia:
Usted es mi última esperanza antes de recurrir a los servicios de la doctora Polo quien es bien sabida en multitud de temas, incluso aquellos. Yo soy una mujer estudiada e ilustrada porque me he hecho muchos tatuajes que me lucen porque a los 37, todavía levanto y los hombres me miran con el libido alto.
Mi esposo se llama Julio y de ser bueno, es bueno, pero tiene ciertas cosas las cuales me ponen todos los pelos de punta, incluso aquellos.
Julio trabaja de janitor en una escuela de nuestra ciudad, pero desde niño le gustaba dibujar y pintar con lo que fuera. Ya más grande se hizo amigo de un señor pintor de estampas religiosas, entre ellas la de la virgen María, pero a la que este tipo le cambiaba su rostro angelical por la cara de la clienta, cuestión que yo considero una tremenda herejía. Ella es la madre de Jesús y merece respeto aun cuando los pentecostales no la quieran.
De pintar inocentes acuarelas y paisajes, Julio pasó lamentablemente y por un tiempo a la pintura abstracta de esa incomprensible descrita por los críticos como expresión del subconsciente y pagan millones por esos adefesios disparatados. Como usted sabrá, de esa rama del arte no se entiende mucho, salvo lo dicho por el mismo autodenominado pintor bueno para el bla-bla como los legisladores después que se dan el palo en el Capitolio y abordan el tema de la legalización de la yerba.
Julio llevó a cabo su primera exhibición en un restaurante de nuestra ciudad donde incluíamos en la recepción entremeses, pero no fue exitosa. La dueña del lugar le pidió pa’ rápido las sacara para pintar el local, pero esto era una excusa barata para botarlo como bazofia. Aun así, esto le permitió a Julio darse a conocer en Stamford adquiriendo lamentablemente el sobrenombre de “El loco de la brocha,” o “brochudo.”
Las pinturas no eran tan malas, pero los títulos fueron muy extraños. A un paisaje campestre de Jayuya lo tituló, “Jayuyando,” a otro le puso el nombre de “Incisivo aledaño,” y a la de un anciano jugando al topo lo tituló, “Dolor de riñones.”
Como este hombre es testarudo, ahora le ha dado por pintar desnudos y allí comienza el problema. Yo no le he permitido alquilar los servicios de modelos profesionales ni estudios privados pues cobran más de cien billetes por hora y algunas de las mujeres son media sinvergüenzas, como sucedió con el hijo de una prima de mi tía que embarazó a una de estas y ahora debe pagar manutención.
Por esto Julio me está usando a mi.
Puedo decirle querida tía, tengo mis gracias y encantos, aunque con los dos embarazos he ganado algunas libritas en la cintura, pero todavía me veo bien, sobre todo de espaldas pues mi cintura es delgadísima y me resaltan las nalgas de un modo armónico. Aunque dudosa, acepté modelar para mi esposo, más el problema es la interrupción repentina de su trabajo, pues al entusiasmarse conmigo calata, terminábamos bailando bachata horizontal.
Julio no me dejaba ver los cuadros y yo le pedí por favor que pintara otros rostros distintos al mío para no pasar vergüenzas, pero hace unos meses presentó una exhibición en un club de New Britain a la que fueron vecinos y amistades y cual no seria mi sorpresa al ver cuadros donde Julio pintó mi rostro con expresiones más bien íntimas, es decir con la boca abierta, y la mirada extraviada en el deseo.
En una de las pinturas me dibujó calata con unas alas saliendo de las aguas de la mar y titulada “ángel salado.” En otra me presentó de espaldas y título a la misma “La pera madura mami,” y la última donde me enfadé con él es una donde estoy calata, sentada pierna arriba de frente y cuyo título es, “Fotógrafa sideral.”
Ahora estamos enojados pues me están llegando unos e-mails de un fotógrafo de Nueva York pidiéndome que le pose por $500 la hora. Otro me escribe diciendo que pose para la portada de una revista dedicada a viejolos llamada “Páginas de Eros Jubilada y Manopla.”
Yo me quiero mudar de ciudad. Ahora me da pachó salir a la calle y como trabajo en una escuela, usted se imagina como hablarán de mí.
Su consejo será bien recibido y desde ya envío mis saludos fraternales a Don Abelardo y el señor Cotrina.
Sandy, la modelo frustra.
Respuesta
Sandy:
Para ser justa, ecuánime, equitativa y ponderada, en tu problema hay un conflicto, pero por otra parte existen aspectos muy positivos creando un balance infinito en los dos lados del rollo.
Los pintores son personas interesantes, pero a veces piensan de un modo distinto al resto de los mortales y nos presentan otros aspectos de la realidad más entretenidos y muy distintos a personas aburridas y hastiadas como jueces, políticos beodos y abogados.
La idea de la virgen con la cara de la clienta me pareció genial y también esa de Judas con el rostro de Trump.
Alabo el esfuerzo de Julio intentando ahorrar dinero usándote a ti como modelo lo cual a muchas mujeres honraría. La cosa es la falta de respeto a la privacidad del sagrado seno del hogar y sin consultártelo te ha presentado calata en exhibiciones públicas donde la gente te identifica. Huyyyy.
En este sentido, debió haber existido un acuerdo y contrato entre ustedes y así Julio te cambiaría el rostro, pero exhibiría tus encantos. Me imagino ahora cuando vas al Super Stop and Shop como te molestarán las miradas de esos jevos cuyos ojos están inyectados con lujuria enfermiza y te desnudan con sus miradas perversas.
Lo que hizo Julio fue como tirarle pasto al cabro y se expone a que uno de estos días aparezca otro pintor y te haga proposiciones para posar de noche, pero más remunerada. Sin embargo, advierto que eres una mujer recogida y de su casa, le hiciste un favor al pintor y éste patán abusó de la confianza.
Adviértele a Julio no ponga las pinturas de ti en You Tube ni en el Facebook. La cosa se puede poner tan seria como una enfermedad al páncreas y no tendrían que mudarse de Connecticut, sino del país o tal vez a otro continente.
Lo de la Dra. Polo lo descarto. Ustedes están casados y si buscas una remuneración pecuniaria por el mal rato, ésta debiera salir de los chavos del presupuesto familiar que sería lo mismo que guardar agua en un canasto.
Tu modelaje parece ayudarles a redescubrir el amor y la pasión existente entre ustedes. Muchas féminas casadas por allí se quejan de los esposos diciendo que no se les para ni el pelo, ya no pasa nada, son tan flojos como una puerta de ático y nunca llega el momento sublime de la lucha cuerpo a cuerpo o del bachateo intenso, rítmico y carnal.
Pon las cosas en claro con Julio y dile tus condiciones, por ejemplo, que poses con un antifaz como el del Zorro (en este caso La Zorra) y jamás nunca te exponga a la mirada agobiante de los lobos con cámaras fotográficas echando el ojo por la calle Main donde pasan las nenas con shorts muestra cachetes.
Julio puede muy bien modificar tu rostro en las pinturas, especialmente el titulado “La Fotógrafa sideral,” pues me parece indecente y de mal gusto. Por ahora continúa yendo al gimnasio (con gafas oscuras) y mantén tu físico al día. Yo haré lo mismo para ver si un pintor serio me contrata, aunque de estos no hay muchos pues les ha dado por la fotografía porque debido a la pandemia ya no hay exhibiciones.
Te deseo anticipadamente un hermoso verano y no uses tanga con hilito en la playa.
La Tía
Comentarios a los Consejos de la Tía Julia. A las muchachas rotuladas como “jamonas,” yo les diría “más vale tarde que nunca,” tengan paciencia y no recojan a cualquier títere desconocido de esos llamados cometas que se desplazan en fiestas sin pandemia con la historia de estar en una transición.