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Tía Julia, leemos de un modo asiduo sus consejos que nos parecen potentes y sabios. Lamentablemente usaré este medio para referirme a dos rollos que me provocan el pasarme películas en blanco y negro por el cerebro.
Debo decirle que llegamos a Connecticut hace dos años apoyados por mi mamá que vive en Stamford y nos estamos ajustando al medio como lo hacen muchos. Por acá nos pillo la pandemia y aquí estamos ya vacunados,
En primer lugar y hablando de los rollos, me trabajó en la mente lo que escribió Don Felo diciendo que aquellos que practican deporte con harta frecuencia son unos cabeza de músculo y no muy inteligentes. En el país donde nací, se juega mucho el soccer o como le dice los siúticos, balompié. Nosotros le llamamos el futbol, pero no tiene nada que ver con el festival de zancadillas y empujones llamado futbol americano, ¡no, poh!
Mi esposo era bueno pa’ la pelota y jugaba con el número 9 en la selección juvenil de la universidad donde estudió y que lleva el hermoso nombre de la prestigiosa Universidad de Chile que sigue tirando pa’arriba. Como centro delantero, Moisés que es el nombre de mi cónyuge, metía muchos goles y corría más rápido que dama con incontinencia urinaria. Su especialidad eran los goles de cabeza y los tiros de esquina.
Pero para que Don Felo vea y aprenda como es el asunto de los que él llama cabeza de músculo, Moisés se graduó en Chile de filósofo especializado en ética, un tema al que ahora nadie hace caso porque en mi país, y otros sudamericanos, los pillos sobran ¡poh!
Dicho lo anterior, afirmó entonces que mi esposo nunca fue un cabeza de músculo, aunque cogió patadas en las canillas y por usar la cabeza para enviar la pelota al fondo de las redes sufre a veces dolores en la testa y tiene que tomar Tylenol Extra.
Ingresando con vuelo al segundo tema, debo decirle que estoy preocupada porque Moisés impulsó a mis hijos a ser deportistas, saltar la garrocha, nadar, correr los 100 metros planos y jugar los deportes que se juegan en mis país cuales son el fútbol, y a veces el tenis que es más aburrido que la telenovela mexicana “El amor imposible de la hiena.”
Llegando a este país mis dos muchachos y una muchacha se interesaron en el boxeo, en el karate, el judo y ahora les ha dado con este deporte donde encierran a dos púgiles en un cuadrilátero con rejas para que se hagan trizas con una mezcla de box, patadas, empujones y la técnica de agárrese como puedan y se amarran, aprovechando de meterse puñetazos para aflojarse mutuamente las carretillas. Como están encerrados no pueden apretar cachete.
Ahora el menor de mis polluelos que tiene 24 se ha convertido en un boxeador profesional y temo que después de algunos años quede mal de la mente y comience a peinar muñecas. El mayor de 25 estuvo un tiempo en el rugby, juego donde el lema es aplastar al otro, pero ahora quiere ser púgil en el corral de las masacres.
Yo estoy hablando con Moisés y le he dicho que preferiría que mis hijos fueran a carretear y pasarlo bien, tener novias y estudiar para no coger golpes. “Hay que ponerle ojo al charqui para evitar desgracias, sobre todo ahora que los dentistas se están haciendo ricos con los implantes y los gladiadores no son todos rajuos y sufren fracturas hasta en la lengua,” le ha dicho a mi esposo mi señora madre. Mi esposo la escucha y dice que hablará con los muchachos al tiro, pero no lo hace.
Ahora bien, lo peor de todo querida doctora que en este momento es usted mi última esperanza ya que no conozco psicólogos ni siquiatras con título ni tampoco tenemos billetes para pagar. Es que mi hija Alma, que es alta y fuerte como una roca, está a punto de aceptar un contrato como boxeadora y se estaría enfrentando con una rusa llamada Natalia Katranova, apodada la Bestia del Volga. Temo que le rompan la nariz y se la dejen como a Dick Tracy le desorganicen su hermoso paño. Dice que peleará por un tiempo para juntar chavos y estudiar enfermería en Yale.
Puede que mis hijos sean rajudos y ganen dinero en estos encuentros bestiales, pero creo y me duelen las entrañas pensar que quedarán mal de la cabeza y comenzarán a pasarse películas.
Gracias por su ayuda y espero conocerla para felicitarla.
Isabela o Chabela que es mi apodo familiar
Respuesta
Chabelita, bienvenidos a Connecticut donde la lluvia afectó el fin de semana del tradicional Memorial Day, aunque eso ayudó para disminuir accidentes en las carreteras y los actos de crasa violencia por la ingestión excesiva de alcohol, la marihuana que quieren aprobar en el Capitolio y alucinantes varios.
Hablaré con Felo para explicarle tu preocupación acerca de los cerebros conectados con los músculos. Esa fue una diatriba y sátira que se encuadra en los salarios millonarios de gente que viene de fuera de Connecticut a sacar partido de contratitos, y la justificable preocupación de muchos acerca de los millonarios bonos de un entrenador de baloncesto femenino.
En relaciona tu segunda preocupación, inquietud y desasosiego relacionado con las carreras en profesiones violentas que parecen atraer como un magneto a tus dos hijos e hija por resto de los chavos, lamento informarte que las estadísticas y estudios de accidentes de “deportes” como el box y el “agárrese como pueda,” “métale debajo de la lengua,” y rómpele la espina dorsal,” son preocupantes.
Primeramente, te daré a conocer la cantidad de accidentes al año en distintos deportes que a mí me han educado porque pensé que el baloncesto era menos peligroso, pero no. Cacha p’aca y sácales la foto a los accidentes y sacada de madre que atienden hospitales y servicios de emergencia.
En el baloncesto se producen 500,000 accidentes e infortunios al año mientras que en el ciclismo ¡485,000! En el peligroso fútbol americano hubo 418,000 lesionados graves, mientras que el fútbol que jugaba Maradona hubo 174,685. Imagínate Chabelas que en el beisbol que pareciera un juego con menos contacto físico entre jugadores, se registraron 155,898 lesiones mientras que en los novedosos skateboards los médicos atendieron a 122,544 aficionados. En la pelota suave al parecer tan suave, se confirman 106,884 casos mientras que levantando pesas hubo 65,716 percances que afectaron.
Pero mira lo que son las cosas Chabela. Yo consideraba el Vóley Ball como un deporte apropiado para nosotras las féminas, pero hubo 52,091 patatús mientras que en el roller skating se documentan 35,003. Incluso en el golf, un deporte en el que no hay disputa, se ha puesto por escrito la cantidad de 47,360 lesiones. Estas estadísticas nos la proveyeron expertos de medicina del deporte en la Universidad de Loyola.
Dile a tu hijo e hija que desean ser boxeadores profesionales sin protección con cascos, que desde el año 1884 han muerto 576 boxeadores y que estudios recientes entregados por autoridades médicas indican que cada vez que un boxeador recibe un cantazo en el frontis del cráneo sufre el lóbulo frontal del cerebro donde esta el sentido del juicio y el habla. Por este motivo el boxeador va perdiendo el control de la dicción y el sentido de la cautela.
Un golpe en la cabeza remece la masa encefálica que a su vez golpea las meninges, membranas que la rodean produciendo un disturbio neuro eléctrico de las neuronas y la triste inconciencia de los knockout.
A la larga, aquellos que se meten al cuadrilátero con rejas los golpes y patadas les afectan el control motor, el equilibrio, y no logran recordar su domicilio habitual ni el nombre de la esposa (huyyy).
Ahora hay un movimiento a nivel mundial para prohibir todo tipo de boxeo con corral y sin corral y dar a conocer a los jóvenes en las escuelas superiores a los peligros que se expondrán por unos dólares más.
Suerte con tus hijos, que hagan otras cosas como adquirir experiencia en joyería o tecnología para captar vientos siderales y cosas que no les expongan el cerebro a castigos.
Tía Julia
Vocabulario practico para entender a los chilenos
Al tiro: de inmediato
Apretar cachete: escapar
Cacha y Cachai: advierte algo y nótalo.
Carretear: ir a fiestas
Carretillas: área donde se juntan la mandíbula superior e inferior
No o ¡si poh!: no pues o si pues
Peinar muñecas: enloquecer
Sacar la foto: observar con atención
Ponerle ojo al charqui: colocar atención en algo importante
Rajudo: persona con suerte
Siúticos: persona de una hablar afectado con exceso de eses.