Querida Tía Julia:
Gracias nuevamente por sus buenos consejos que nos ayudan a los padres y madres en estos tiempos de confusión y de la humanidad en crisis. Con usted encontramos alivio y soluciones a los dilemas que nos afectan cada día con estos de las amenazas del cruel Putin de desatar una guerra nuclear en Ucrania, las movidas de Xi con las pandemias de China, además de la guerra entre Israel y Palestina, ¡Oh, Dios!
Soy una madre de familia que me gano con sacrificios las habichuelitas en un DD mientras que mi esforzado esposo Pitufo, que es ayudante de un pastor de ovejas, se las arregla en esto de jardinerías, podar, talar arbolitos y otras labores que al final del día le dejan más cansado que una puerta giratoria.
Vivimos en la calle Park y allí muere gente u otros quedan lisiados y me doy cuenta de lo poco que vale la vida en las calles de la ciudad y los peligros para las nenas.
Observe tía mi punto.
Tengo a mi hijita de 11 que no se ha portado muy bien, inteligente y a la que, con esfuerzo, la preparamos con empeño y ahínco infinito para que asistiera a una escuela magneto para que sea más inteligente y así sea aceptada en las universidades, aunque yo no estoy segura de enviar a mi princesita a estudiar a la Universidad de Connecticut donde los muchachos beben, incendian los colchones y paniquean a nenes y nenas que son tranquilas.
Me gustaría que ingresara a la Universidad Central de New Britain que es muy buena y donde hay apoyo de consejeras.
Lo que viene sucediendo es que esta niña mía es bien desarrollada para su edad y sin que yo supiera, escondía unas minifaldas en su mochila para usarlas en la vía pública. El otro día se me partió el alma cuando una vecina que, como usted, ya pinta pa’vestir santos (jamona); le sacó un video.
Lo que vimos con Pitufo nos espantó y no lo creíamos. Mi hijita que Dios bendiga estaba con la mini más subida que los precios de los huevos orgánicos acompañada con otras nenas y unos muchachones que jugando les tocaban las nalguitas. Me contaba mi vecina que a ese jueguito sin vergüenza le llaman el “El Despacito.”
Tía, la presión arterial y la azúcar nos subieron y yo casi paso a la otra dimensión donde dicen que están los marcianos y los platillos voladores.
A mi hijita de mis entrañas la enviábamos todos los días a la escuela con la falda hasta la mitad de la rodilla, pero a la salida con sus amiguitas se las suben o se ponen las mini. Pero esto no es nada. En la escuela le sorprendieron el celular, se lo quitaron y en ella, ¡Oh, Dios! aparece mi nenita enviando fotos de su anatomía a un tal Tío Ben. Ahora se metió en este asunto la policía porque este tipo es un traficante de niñas y vende las fotos y videos a degenerados.
Ahora ya es famosa en la escuela magneto no por razones de decoro o éxitos académicos sino por la poca vergüenza y el principal nos llamo a un pipiti recomendándonos que la cambiáramos de escuela o que ahora que se acerca el invierno, la envíe a la escuela con pantalones ¡no tan apretados!
Tía, esto ha creado un problema en nuestro hogar porque mi esposo está con coraje y la quiere enviar con todos los gastos pagados a la Isla del Encanto donde una hermana Brígida es guardia correccional.
¿Deberíamos vender la casa y mudarnos de ciudad? No sabemos bien que decidir.
Rita
Respuesta:
Rita, te sacaste el premiado y lo digo con pena intensa.
Fíjate que esta no es la primera carta o textos describiendo esta dramática situación semejante a la tuya y por esta vez, dejaré pasar por alto esto de “jamona” que ya me tienen un lado hinchado.
Probablemente y una vez que hable con el editor, quizás publiquen mi foto al lado de la columna, pero también temo la acción malvada, inicua e ignominiosa de tipos y mujeres a los que les gusta correr la máquina en el Facebook.
Si la llegan a publicar ya dirán por allí que no representa mi edad verdadera y que quizás es de una de mis sobrinas en Puerto Rico o me la sacaron cuando me gradué de la escuela superior.
¡Es que la gente es buena para inventar y armar bochinches como pasa en la política!
Ahora a lo más importante.
Lo de tu nenita es lamentablemente una señal de los tiempos donde la presión del grupo y el deseo de sobresalir supera las buenas costumbres, el decoro, el pundonor y la respetabilidad que nos enseñaron nuestras madres, tías y abuela.
En mis viajes a otros pueblos para comprar huevos más baratos, entre ellos West Hartford y Manchester, es cosa de ver como ya en sexto grado, las muchachitas se suben a escondidas la falda del uniforme sin saber a lo que se exponen buscando noviecitos cuando todavía no saben el ABC de la vida. A esto yo le llamo el festival de muslos que atrae las miradas de tipos que buscan nenas jóvenes.
Por esto de las películas porno y los malos ejemplos, las niñitas no saben lo que es el peligro que las acecha en esta sociedad y si comienzan a explorar cuestiones de la carne llegarán a la escuela superior con una mala reputación que, aunque la gente se extrañe, la seguirá toda su vida con apodos tales como “la generosa,” “facilitadora,” “computadora”, “HP” y otros nombres deleznables que le pondrán los “noviecitos” que después de sacar provecho carnal de ellas y de un modo que no es de alguien educado; echan a correr con pelos y señales las aventurillas.
Mija, estamos en la tenebrosa época del Facebook y las redes sociales las cuales, como la TV, se inventaron para ser instrumentos de educación, pero se han convertido en una forma de hacer burla del prójimo, iniciar peleas matrimoniales, fomentar el bochinche, intercambiar amenazas, hablar de cosas que no se ven, exhibirse en pantis y enviar a desconocidos fotos íntimas sin la autorización de las nenas.
A algunas de estas víctimas en el tiq toq, les pagan para que en sus propios cuartos dormitorios hagan videos obscenos que caen en manos de depravados y traficantes de niñas a quienes secuestran o las hacen desaparecer a veces para siempre.
Ustedes han construido una vida decente de trabajadores que han criado una nena, la única, y ya la policía está detrás de los depravados involucrados en este asunto. Tu hija ha recibido una dura lección y con la ayuda del Dr. Buda y consejeros, podría enmendar su joven existencia.
No vendan la casita ni adquieran armas de fuego, adopten un perrito Bulldog con cara de malo y que, en otra escuela, la nena aprenda a bregar sin subirse las faldas y respete su cuerpo para que no la toquen. Rita sigue hablando con ella y no le pierdas pisada especialmente ahora que es preadolescente.
Involúcrense en la organización de padres de escuelas magnetos o desmagnetizadas (no recomiendo Academias) y sugieran la importancia de charlas por parte de personal de la policía y trabajadoras sociales para alertar a otros padres de los actuales peligros de la calle.
Suerte, y por ahora, tómenlo con easy y pa’lante.
Tía Julia
Comentarios a los Sabios Consejos de la Tía Julia.
Con mis primos pensamos solicitar al futuro alcalde Arunampalam que cuando haya choques donde algunos choferes guíen en sentido contrario y colisionen, u otros atropellen a transeúntes; se publique claramente que habían bebido o fumado. Es que es riesgoso para nosotros los adultos mayores cuando guían bajo los efectos del alcohol o de la mariguana “recreativa” que ahora es legal en Connecticut, ¡Híjole!