Por Juan D. Brito
Con la noticia de un aumento de salarios para los empleados del estado de Connecticut de un 2.5% además de un “bono de Navidad” en el mes de julio de este año de $3,500 para que no se acojan a un retiro, dirigentes de agencias estatales sin fines de lucro ni ganancias han elevado su voz porque a sus trabajadores nos les llegará este tipo de galardón, aunque se lo merecen.
De inmediato surge la pregunta del por qué el servicio del Departamento de Vehículos y Motores no expande sus servicios al público permitiendo así que la engorrosa y dificultosa renovación del registro de vehículos sea menos agobiante para miles de adultos mayores, personas con discapacidades, y quienes no logran comprender las informaciones a través de la red telefónica porque están en inglés. Olvídese de los procedimientos a través del Internet que lo entienden muy bien quienes los inventaron.
“Solamente pensar en las filas en la filial del MDV en el pueblo de Wetherfield localizada en la calle State número 60, me produce ansiedad,” nos confió Marina Huber que dice que por lo menos cada diez años podrá ir a la oficina de la Triple A en West Hartford para renovar su licencia de conducir y otros tramites menores, pero NO hay para cumplir con la exigencia de renovar la registración de su automóvil Honda Accord 2017.
Para trámites anuales como estos se exigen una prueba del pago de elevados impuestos del pueblo o ciudad donde vive el conductor, un examen de control del sistema de escape del coche para asegurar que no haya emisión de posibles tóxicos y otras gabelas y gravámenes que aparecen como un castigo por ser usted el propietario de un vehículo y tiene el derecho a usarlo para ir todos los días al trabajo o hacer sus compras.
La AAA donde el personal es muy amable y no hay filas desmesuradas, no provee ayuda para las renovación y registro de vehículos y con mucha cortesía le indican que HAY que ir a, ¡la sucursal del pueblo de Wethersfield!
El público entiende y entenderá que en este momento la cantidad de automóviles y vehículos de motor comerciales ascienden en Connecticut a más de 1.4 millones. Sin embargo, los horarios de esta sucursal no dejan de ser llamativos para los que tenemos que hacer las filas.
Están abiertos para atender al público de martes a miércoles entre las 7:45 de la mañana a las 4 de la tarde. Los jueves el horario cambia y se atiende desde las 9:15 de la mañana a las 5:30 p.m.
¿Pero qué sucede con los lunes y sábados? ¡Sorpresa! las oficinas están cerradas los sábados en circunstancias que la mayoría de nosotros trabajamos y es un día en que podemos practicar el doloroso deporte de hacer filas o hay familiares jóvenes disponible para ayudar a los adultos mayores.
¿Se imagina usted que sucedería si las escuelas cerraran los lunes y los centros de salud abrieran sus puertas únicamente los martes, miércoles y jueves? ¿Tienen los seres humanos comunes que lidian con estudiantes en los salones de clases o recibiendo enfermos la suerte de trabajar atendiendo público solamente 25 horas a la semana? Definitivamente NO.
Los maestros no pueden abandonar ni por un minuto sus estudiantes en el salón de clases y muchos de ellos desarrollan problemas de incontinencia urinaria. En las agencias de servicios sin fines lucro subcontratadas por el estado se trabaja con presión de lunes a viernes por al menos 36 horas a la semana y ganando menos salario que un protegido trabajador estatal.
Resulta innegable que la idea de sindicalizarse fue excelente para favorecer a los trabajadores que a través de fuertes luchas consiguieron un horario de labores de ocho horas diarias, o extensas 40 a la semana. Para algunos y específicamente los empleados estatales esta es historia antigua.
Recordemos que un sindicato con 46 mil afiliados es poderoso, pero hubo en pasadas décadas serios conflictos con algunos gobernadores serios para mejores contratos. Es que una huelga de empleados estatales crea un temor en las autoridades porque al paralizarse la burocracia, nada funcionará y eso lo entendemos. Finalmente hay lo que tenemos hoy día: aumentos de salarios y “bonos navideños” en este verano 2022 para evitar que empleados de la gran burocracia se jubilen. Es esto un tipo de extorsión.
Lo que simplemente se está solicitando es que se extiendan las horas de atención de las filiales del DMV donde ya los reclamos son los mismos: filas interminables, un público ansioso y contrariado por la espera, la necesidad de llevar agua y algún emparedado por si acaso, una silla plegable para descansar la espalda o las piernas, paciencia y MUCHA paciencia.
Los empleados de rostros impenetrables comunican mecánicamente las malas noticias como “vuelva con estos certificados otro día que no sea lunes ni sábados porque no atendemos,” o conéctese con nosotros a través del Internet al hpp/MVD, etc. etc. etc.
Si usted tiene un automóvil y no ha renovado su registro a tiempo, aunque cuenta con 30 días extras, puede hacerse acreedor a que los policías le detengan y le conminen a mostrar su licencia para guiar, el certificado que acredite que el vehículo está asegurado, y una prueba de propiedad del coche. También se le solicitará un certificado acreditando que su vehículo no está expulsando gases tóxicos por el tubo de escape y los costos de registro. Si no los tiene, la policía podría darle una multa que fluctúa entre los 150 y 300 dólares, además de una posible suspensión de la licencia y la triste posibilidad de que su vehículo sea remolcado a áreas de detención y deba rescatarlo.
La realidad es que hay en Connecticut sindicatos con miembros intocables que trabajan con parsimonia y moderación y que han desarrollado una actitud de parquedad, circunspección y sobriedad en la atención de los que llegamos al extremo de la ansiedad, el enojo y la frustración en la calle State, número 60 en el pueblo de Wethersfield.
“A mí me subió el azúcar y la presión arterial con la espera y la ansiedad,” dijo Albert Garrido, un adulto mayor víctima de la fila.
¿Cuándo llegará el día en que los políticos y dirigentes sindicales pensarán en los que estamos cansados de tramitación y no en sus regalías? ¡Oh! no se ocurra reclamar mire que los empleados del DMV se deprimen y si levanta la voz los guardias de seguridad lo pueden sacar a la fuerza como sucede si usted reclama en un avión por la imposición de las máscaras.