Filomeno Arréate Guzmán ha estado explorando lo que hay en el dial de las radioemisoras locales, entre ellas la Radio Nacional Púbica (RNP) donde transmiten cosas importantes.
“Filo” como le apoda su novia Evita Salvathe, vio el anuncio del programa superespecial “Pa’ que no se lo Cuenten” en el periódico americano que trae ahora menos páginas que el contrato de los maestros de Hartford. ¡Es que eso duele!
Filo se arrellena en su sillón estilo Santa Claus que le regaló Evita para el Día de Reyes que le permite sentarse en las faldas de su novio y pedirle regalitos. Una vez aclarada la transmisión, Filín pone todo oídos a la introducción de una entrevista supremamente exclusiva, nada más ni nada menos que con el abogado Craig Miller quien fue parte de un super equipo de leguleyos picapleitos que se preparaban para defender al expresidente a quien le tiraron en el Congreso una acusación constitucional más caliente que guatero de Satán por haber arengado a un grupo de desalmados para que ingresaran de un modo violento al Templo de las Leyes de los Estados Unidos, en otras palabras ese santuario llamado Congreso.
Entrevistador. Buenos días, señor Miller. Accediendo a su gentil pedido de no mencionar su verdadero nombre porque esto del chamán cornudo le preocupa, le informo que esta entrevista supremamente exclusiva y breve será traducida al idioma Castellano que Don Miguel de Cervantes y Saavedra, también apodado por sus enemigos el “Manco de Lepanto,” elevó nuestra lengua a un nivel estratosférico que se iguala con otras lenguas, incluso con la lengua de Cordero. Primeramente; ¿conoce usted de nombre o en persona al exabogado Michael Cohen que en su libro “Desleal” le saca al señor Trump todos los trapitos al sol y los esqueletos del closet?
Miller. Si lo conozco porque a veces yo guisaba con él y ganaba unas comisiones amenazando por el teléfono o acompañado por tres matones a clientes a los que Trump no quería pagarle por sus trabajos. Es que la vida es así y con los chavos baila el monito. El cayó en desgracia, los de la Casa Blanca no lo ayudaron y ahora teme por su vida. Recomiendo el libro que ahora está en oferta especial y; ¡paso aviso!
Entrevistador. Si por favor, porque ya ha mencionado el nombre del autor y el titulo del libro. Lo único que le faltó decir es que esta obra está en esta famosa librería Barnard and Nobles y; ¡paso aviso!
Miller. Exacto, exacto.
Entrevistador. Y ahora yendo a la médula del cogote de la gallina; ¿cómo fue la primera y única entrevista con el expresidente y que provoca la decisión del jefe de su equipo de no meterse en ese arroz con gandules, aunque el expresidente jura que fue él quien los botó como plasta de yegua?
Miller. Llegamos en un vuelo especial a Miami y nos esperaban en una limusina que nos condujo al centro recreativo y campo de golf internacional Mar-O-Lago y; ¡paso aviso! El tipo nos esperaba luciendo una camiseta que rezaba “Volveré este verano,” y estaba sentado de un modo despatarrado comiéndose una hamburguesa. No nos dio los buenos días y con una mirada le indicó con arrogancia, presunción y jactancia a nuestro colega Plinio que podía mover las fauces.
Entrevistador. Es decir, despresarse.
Miller. Exacto. Allí mismo y un poco molesto por la actitud del tipo que ya no es presidente, Plinio le dijo lo que había. Señor Trump…Nuestro colega no logró terminar la frase porque pareció que al sujeto este le hubiesen puesto la vacuna Sputnik de los rusos con una aguja hipodérmica de yegua en una nalga, se paró como un ogro bestial y gritó:
¿Qué no sabes macaco tarado que YO y solamente YO soy el presidente de los Estados Unidos, que gané pero que me robaron la elección unos enanitos de color verde que tenían los demócratas escondidos en los receptáculos del correo donde otros enanitos reemplazaban mis votos por los del Biden?
Entrevistador. Que brusco y rudo. ¿Estaba el tipo con máscara?
Miller. Allí está el detalle, porque cada vez que gritaba y daba alaridos los salivazos y las espuma que se deslizaba de un modo descontrolado por las comisuras de sus labios púrpuras nos llegaban a nosotros y al menos yo me cubrí enseguida con una máscara que me regalo mi abuelita. Mientras gritaba, trozos de carne y vegetales se esparcían por la oficina como aerolitos manchándonos la ropa. A los alaridos del energúmeno apareció un tipo pálido con cara de plasta que reconocí como el yerno de Trump al que ahora nominaron para recibir el premio Nobel de la Paz. (Ja-ja).
Entrevistador. Pero que más paso; ¡cuente, cuente!
Miller. Como a nuestro jefe y colega no le asustan fácilmente los pandilleros ni felones le dijo que si continuaba en el juicio que se aproxima con la historieta esa de que le habían robado la elección no iría para ningún lado ya que la gente estaba ya hablando que le habría entrado agua por el techo del cráneo. “La clave de su defensa se debe basar no en el caso del Chamán Cornudo que ahora dijo que iba a declarar en su contra porque usted fue quien los instigó el asalto. Recomendamos, y es nuestro consejo legal basado en la jurisprudencia triqui, y con respeto; que cierre la tarasca y nos concentremos en la posible inconstitucionalidad de este juicio porque usted ya no es presidente y lo que sucedió tuvo lugar cuando usted seguía hablando lisuras por el tweter.
Entrevistador. Wowwwwwwwww. Su colega los tiene bien puestos. ¿Y qué pasó? ¡Por favor cuente, cuente!
Miller. Allí el tipo se acercó peligrosamente hacia nosotros babeando espuma y enseguida entraron cuatro matones para sujetarlo y Jared más pálido que los muslos de Blanca Nieves nos hizo salir por una puerta lateral donde nos esperaban tres facinerosos con unos perros malos alemanes. El infeliz del Jared nos dejó solos y desde el patio llamamos rápidamente un taxi y nos fuimos pa’ rápido al aeropuerto. Ya en Nueva York, la Ivana nos texteó y dijo que su papito no quería vernos nunca más y que no haría trato con abogados demócratas socialistas, maoístas, trotskistas, leninistas y alienígenos. También nos sugirió que no le mandáramos la factura de $130,000 por gastos y consulta. “No se las va a pagar,” nos dijo la muy condenada.
Entrevistador. Señor Miller esto está de película y parece un video surrealista más raro que tortuga con mochila. Muchas gracias por su valentía, cuídese y váyase por la sombrita que por allá andan los “Muchachos Orgullosos” que buscan a la señora Ocasio y la Pelosi, mujeres con las faldas de acero.
Filo ha despertado escuchando una aburrida sinfonía de Joahane Karina Solfeo en Fa menor y piensa contarle la historia a su novia cuando ella llegué a visitarlo y se siente en sus faldas para entibiarle la cabeza.