Si andan confundidos por lo que sucede en el congreso de los Estados Unidos estos días, no son los únicos. El procedimiento legislativo es, como poco, un tanto confuso, y los medios hablan más sobre tácticas, votaciones y peleas entre políticos que sobre las leyes en sí.
Es una lástima, porque la semana pasada la cámara de representantes aprobó una ley tremendamente importante que merece ser discutida en detalle.
La ley en cuestión es lo que se ha venido a llamar “Build Back Better” (BBB para los amigos), un paquete de medidas de más de dos billones de dólares durante los próximos diez años. La ley no aumentará el déficit, es decir, cada partida de gasto incluye medidas concretas para cubrir su coste. También, de forma inusual, es una ley que exigirá pagar más a los más ricos y grandes empresas, mientras que muchos trabajadores veremos bajadas de impuestos.
El contenido de BBB, más allá de quién paga, es lo realmente importante, y es lo que merece ser discutido en detalle.
Empecemos por el componente central de la ley: cambio climático. La temperatura del planeta está aumentando y, de no tomar medidas inmediatas, el daño de este calentamiento puede devastar países enteros y poner en peligro a miles de millones de personas. En BBB, el congreso ha incluido 555.000 millones de dólares de inversiones para reducir las emisiones de CO2 y metano a la mitad de aquí al año 2030. La ley incluye una enorme variedad de estrategias para alcanzar este objetivo, desde inversiones en generación eléctrica limpia a incentivos para desarrollar nuevas tecnologías, además de planes de conservación.
Es, de muy, muy, muy lejos, la mayor inversión hecha no por el gobierno de Estados Unidos, sino cualquier gobierno, para combatir el cambio climático; sólo con esta medida le ley sería histórica. Pero hay bastante más que contar.
El segundo gran paquete de medidas es una partida de 400.000 millones de dólares para hacer que la educación preescolar en Estados Unidos sea libre y gratuita para todos los niños del país. Este es un cambio importantísimo porque primero, sabemos que los niños de tres y cuatro años que van a pre-K tienen mucho mejores resultados escolares a medio y largo plazo. Segundo, y no menos importante, cualquier padre con niños pequeños os puede contar lo increíblemente cara que es la educación preescolar en este país. El plan en BBB ahorrará miles de dólares a muchas familias.
Para complementar la educación preescolar, la ley amplia el crédito de $300 mensuales por niño a familias con hijos ($250 para niños entre seis y diecisiete años), aprobado hará unos meses, hasta el 2023. Esta provisión, por si sola, ha reducido la pobreza infantil a la mitad; prorrogarla hará muchísimo bien.
Esto no es todo. Gracias a BBB, Estados Unidos tendrá a partir del 2024, bajas pagadas por enfermedad o maternidad a nivel federal. Algunos estados, como Connecticut, ya tienen leyes parecidas, pero esto lo extiende a todo el país. El plan aprobado, además, incluye dinero adicional para reducir el coste de los seguros médicos y reducir el precio de los medicamentos, una inversión extraordinaria en expandir cuidados a domicilio para mayores, además de 150.000 millones de dólares para reducir el coste de la vivienda.
Detrás de todas estas cifras, la ley representa un cambio de prioridades en Washington. Build Back Better es un paquete de medidas que pone las necesidades de las familias trabajadoras primero, no las grandes empresas o los ricos de siempre. De hecho, exige que esas empresas y millonarios paguen lo que deben; la ley incluye un montón de dinero para combatir el fraude fiscal y asegurarse que las grandes fortunas no escondan sus impuestos en paraísos fiscales. Hablamos de una ley que invierte en educación, en asegurar el futuro del planeta y cuidar de nuestros mayores, por encima de todo.
¿Es todo perfecto? No, obviamente. La ley ha sido aprobada en la cámara de representantes, pero aún debe ser votada en el senado. Si tenéis un rato esta semana, no estaría mal que llamarais a Chris Murphy y Richard Blumenthal y pedirles que sigan apoyando la ley.
Nos la merecemos. Y el planeta la necesita.
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Por Roger Senserrich
Communications Director
Working Families Party, Connecticut