Por Lisa Reisman
El aspirante a receptor (cátcher) y primera base, preferiblemente de los Yankees de New York, Jayden Vélez, de 9 años, apenas podía contener su entusiasmo.
Faltaban 15 minutos para la gran inauguración del sábado, de una instalación de béisbol bajo techo, en un almacén en el 31 de la calle Fulton.
El espacio, que incluye cuatro zonas de bateo, es una idea de Ángel Ramos, fundador de la liga juvenil de béisbol City Angels Baseball Academy (CABA).
La meta de CABA es “utilizar el deporte del béisbol como vehículo para fomentar el desarrollo de la personalidad, los logros académicos y la buena salud entre los jóvenes de comunidades desfavorecidas”, según su página de Facebook.
La CABA cuenta actualmente con una matrícula de 72 jugadores. Uno de ellos es el joven Vélez, quien, en la mañana fresca y soleada, vestía una camiseta con gorra y pantalón de béisbol de color azul, de los City Angels.
“Esto va a ser fantástico”, dijo. “Todos los que están aquí son buenos entrenadores, y se esfuerzan por mantenernos protegidos y ayudarnos a mejorar. Ahora podemos entrenar hasta en el invierno”.
En el interior de la instalación, que tiene 3.430 pies cuadrados, con césped artificial, también equipada con redes de protección, máquinas de lanzar y equipos de entrenamiento con pesas, Ramos se reunió con los miembros de la junta directiva, Elmer Rivera Bello, el pastor Abraham Hernández y Nathaniel Bonilla.
La apertura de la instalación sin fines de lucro (que los niños utilizan de forma gratuita), se produce después de que la Junta de Apelaciones de Zonificación, concediera a la CABA una autorización, para permitir una instalación para práctica de béisbol, que incluye una zona de bateo en el recinto industrial.
“Esto es algo que hemos intentado hacer durante años, y es algo que New Haven nunca ha tenido antes”, dijo Ramos, que también es el entrenador de béisbol de Wilbur Cross, mientras en el fondo se escuchaban acordes musicales bajo la pálida luz del local.
“Esto ayudará a mantener a los niños fuera de las calles, porque ahora tendrán un lugar donde ir después de la escuela y, además, ayudará a que la comunidad beisbolera de New Haven sea más competitiva”.
Yabdriel González, que juega de paracorto (shortstop) para Wilbur Cross y aspira a llegar a ser profesional, dijo que la instalación ayudará a “llevar mi juego al siguiente nivel. No es fácil llegar a las grandes ligas y esto significa que tendremos mayores posibilidades de desarrollar nuestras habilidades durante todo el año”.
Mientras los invitados se reunían para la ceremonia de apertura, el entrenador de la CABA, Mike Dwyer, estaba junto a sus compañeros instructores.
“Hay una razón por la que entrenamos para junto a Ángel”, dijo Dwyer, un ex jugador destacado en Hamden High que es ahora el entrenador de béisbol para su universidad. “Sabemos que Ángel posee esta pasión para ayudar a los niños, no sólo en el campo de béisbol, y esta disposición ha sido su misión durante años. Deseamos que triunfe”.
“Una vez que termine la temporada de la escuela secundaria, vamos a preparar a los niños de CABA”.
Andrés Rivera, otro entrenador de la CABA, coincidió. Nació y creció en New Haven y jugó bajo la dirección de Ángel Ramos desde que tenía 13 años.
“Ahora, estando a su lado, veo la pasión que siempre ha puesto en los niños de la ciudad, y quiero corresponder por lo que he recibido”, dijo.
“Esto ayudará a encaminar a los niños en una buena dirección”, dijo Jorge Vélez, un estudiante de último año que juega en la primera base del equipo de béisbol de Wilbur Cross. “Esto es positivo para todos nosotros”.
Finalmente comenzó la ceremonia. Ante un grupo jovial de aproximadamente 80 participantes, Hernández calificó el nuevo espacio como “un refugio seguro para los niños, donde van a jugar a la pelota, pero donde también van a ser incentivados a hacer todo lo que necesitan en cuanto a lo académico y más allá”.
El alcalde Justin Elicker calificó las instalaciones como “un ejemplo del trabajo que tenemos que hacer, para ofrecer a muchos más jóvenes, la oportunidad de triunfar”.
“Lo importante es la orientación que reciben, el resaltar el trabajo duro”, dijo.
“Lo importante es que la gente les diga a estos jóvenes que, aunque no lleguen a ser profesionales, que no logren entrar en la liga, sí lo harán como seres humanos de éxito, capaces de cuidar de su familia y de apoyar a su comunidad”.
Waldo Williams, residente en New Haven, calificó la instalación de “ un cambio radical”.
“Esto es algo que ha faltado por mucho tiempo en la comunidad”, dijo, mientras un joven jugador, junto a sus compañeros de la Academia, practicaba tranquilamente su estilo de lanzamientos”.
“El béisbol no es un deporte fácil de jugar, requiere mucho esfuerzo. Con este espacio, los niños pueden desarrollarse, pueden crecer y, lo que es más importante, tienen la oportunidad de desarrollar al máximo su potencial”.
“También nos dará la oportunidad de formar más niños, que no sólo están preparados para competir y jugar en los niveles superiores del béisbol, sino también en los niveles superiores de la vida”.
Una vez que Ramos cortó la cinta, inaugurando oficialmente las instalaciones, Berenice Irizarry, cuyo hijo Justin, de 15 años, lanza y juega en primera base para Wilbur Cross, dio la bienvenida a los jugadores y sus familias, para que se deleitaran con sándwiches y galletas.
“Esto brinda oportunidades a los niños y especialmente a la comunidad latina”, dijo. “Estoy muy feliz por ello”.
A su lado estaba Miriam Colón. Su hijo Joshua Santiago también juega a la pelota con Wilbur Cross.
“Quiere ser profesional, ese es su sueño, ese es su proyecto”, dijo después, cuando se le unió su hijo.
“Pero lo primero es la escuela, las notas”, dijo Joshua, mientras su madre sonreía.