Por Maya McFadden
Un trío de estudiantes de último año de la escuela secundaria High School in the Community (HSC) terminaron su ciclo de estudios secundarios con ideas para mejorar los programas educativos locales.
Los tres estudiantes, Johanyx Rodríguez, Gianie Figueroa y Benjamín DeBlasio, propusieron con sus proyectos de fin de curso, ideas para que las escuelas tuvieran programas de alfabetización climática, educación en salud mental y uso saludable de la tecnología.
El proyecto final de HSC hace que los estudiantes investiguen en profundidad un tema de interés en la vida real. HSC requiere que los estudiantes incluyan un aspecto de actividad concreta en los proyectos.
Muchos de los estudiantes, aunque no todos, utilizan su trabajo de finalización para continuar trabajando en una ampliación del tema que estudiaron para el proyecto del Simposio de Justicia Social, requerido en su segundo año.
Este año, los estudiantes de último año completaron sus trabajos principales de forma remota. Los proyectos se incluyeron en una exposición virtual en línea para que sus compañeros de clase pudieran verlos. Los proyectos del trío se encuentran entre los más destacados de la promoción de este año.
Cómo normalizar la ansiedad, hablar de salud mental
Figueroa, de Fair Haven, de 17 años, llegó a la conclusión de que un New Haven mejor incluiría la educación en las escuelas sobre cómo afrontar la ansiedad y la sensibilización sobre la salud mental.
No fue hasta los 14 años cuando Figueroa habló sobre cómo sufrió de ansiedad durante su infancia, dijo. Para sobrellevarla, aprendió a escribir música y a cantar.
Para su tesis final, ella investigó varias causas de la ansiedad y algunas formas comunes de afrontarla. Después entrevistó a amigos sobre sus experiencias con la ansiedad y sus efectos en ellos.
Figueroa escribió dos canciones, llamadas “Fighter” y “Breathe”. Las interpretó para su trabajo de fin de curso.
Figueroa describió la ansiedad como una “plaga” que afecta a muchos, pero que a menudo se oculta debido al estigma que supone.
“Las escuelas quieren que aprendas, pero para ello tienen que hacer que se normalicen las conversaciones sobre la salud mental”, dijo. “Muchas personas lo enfrentan de diferentes maneras, por lo que se puede hablar del tema en cualquier clase”.
Figueroa se propone asistir a la Universidad de New Haven en otoño, para especializarse en música y grabación de sonido, con una posible especialización en teatro. Uno de sus objetivos futuros es escribir música y un musical sobre los problemas de salud mental.
Lecciones del aprendizaje a distancia
DeBlasio, de 18 años, dedicó su investigación a las repercusiones que el aprendizaje a distancia tuvo en los estudiantes durante la pandemia.
Comprobó que muchos estudiantes adquirían hábitos poco saludables con la tecnología, que no sólo afectaban a sus estudios, sino también a su salud mental.
El interés de DeBlasio por el tema surgió en la mitad del curso. Vio cómo sus amigos se quedaban atrás y/o lo abandonaban durante el aprendizaje a distancia.
“Muchos de nosotros sufrimos”, dijo. “Me preguntaba: Si hay algo malo, también tiene que haber algo bueno”.
Amigos de DeBlasio tuvieron que enfrentarse solos al aprendizaje a distancia. No eran conscientes de la necesidad de establecer hábitos informatizados saludables.
“Antes no se utilizaba mucho la tecnología en nuestras aulas”, dijo.
Se enteró de que la exposición diaria de los estudiantes a la luz azulada de las pantallas, a menudo afectaba negativamente a la salud ocular y al ritmo de sueño de los estudiantes. El aprendizaje a distancia también supuso que los estudiantes perdieran los descansos que solían tener entre clase y clase, cuando iban a pie a las diferentes aulas en persona.
Antes de la pandemia, DeBlasio y sus amigos solían utilizar la tecnología sólo de forma recreativa. Cuando la tecnología se usa en exceso, dijo, hace que los usuarios “se sientan mal, como si ellos fueran el problema”.
Estas experiencias fueron compartidas con DeBlasio cuando se hizo, durante dos meses, miembro del Consejo Asesor de Estudiantes de Educación del Estado.
Durante su trabajo con el consejo, DeBlasio entrevistó a estudiantes y administradores sobre los efectos del cambio a la enseñanza a distancia.
En su presentación, DeBlasio propuso que los estudiantes y las escuelas, incorporen descansos de la pantalla en el futuro aprendizaje a distancia, evitando las fuentes de luz azulada antes de acostarse, fijar descansos de las redes sociales y controlar el tiempo frente a la pantalla.
Mientras formaba parte del consejo, DeBlasio, que vive en Seymour, trabajó con sus compañeros en una presentación sobre los “Desafíos y soluciones para el aprendizaje a distancia” que posteriormente fue presentada al Consejo de Educación del Estado.
En el futuro, dijo DeBlasio, espera que el Consejo de Educación promueva con los estudiantes, que las escuelas desarrollen un uso responsable de los computadores. En otoño, DeBlasio se propone asistir a la Universidad de Colorado Boulder, donde estudiará ingeniería aeroespacial.
Educación sobre el cambio climático
Ya en 2018, Rodríguez supo en Twitter, de la activista medioambiental sueca Greta Thunberg.
“Vi lo joven que era y me dije: ‘Quiero hacer lo mismo. Quiero ser como ella’”, recuerda.
Desde entonces, Rodríguez, que vive en Morris Cove, ha asistido a marchas de sensibilización sobre el cambio climático y se ha convertido en un defensor de la educación sobre el cambio climático en las escuelas públicas de New Haven.
Para su tesis final, Rodríguez analizó cómo implementar la educación sobre el cambio climático en los planes de estudio de las escuelas secundarias, los institutos y las universidades locales. Ha investigado en qué lugares se han establecido dichos planes de estudio.
Como estudiante de segundo año, Rodríguez presentó un informe sobre los efectos del cambio climático. Dos años más tarde, su tesis final amplió la discusión.
A principios de este año, Rodríguez se incorporó como pasante, al Proyecto de Educación para la Salud Climática (CHEP).
Como pasante, trabajó en una campaña en las redes sociales para fomentar la educación sobre el clima y su importancia.
Rodríguez se familiarizó con el uso de una pantalla y un trípode para hacer vídeos dirigidos a educadores en Instagram y Youtube.
Rodríguez utilizó la audiencia de educadores de CHEP para alentar a las escuelas locales a añadir un plan de estudios sobre el clima.
También se asoció con otro pasante de CHEP, para crear un documento de Alfabetización Climática 101, que incluye ocho semanas de enlaces de video, artículos y planes de lecciones para los profesores.
El CHEP instó a Rodríguez a organizar la Semana del Clima en la HSC. En colaboración con el Programa de Gestión Medioambiental de HSC, Rodríguez puso en marcha una Semana del Clima/Tierra en HSC.
Durante esa semana, Rodríguez y sus compañeros prepararon una presentación que consistía en vídeos y video-juegos para que los alumnos comprendieran la acidificación de los océanos y cómo reciclar.
“Este es un trabajo necesario y podemos llegar a la mayor parte del público a través de la educación”, dijo.
Los planes de estudio propuestos por Rodríguez cubren temas como el efecto invernadero y la migración ambiental.
Además, sugirió la celebración de una conferencia escolar del Modelo de Naciones Unidas sobre temas relacionados con el cambio climático, para que los estudiantes ayuden a liderar el movimiento, seguida de un trabajo curricular en las escuelas que ayude a los estudiantes a crear planes personalizados de ahorro de energía para disminuir su impacto de carbono.
La profesora de HSC Magnet Resouce, Dianna Carter, describió una cierta tendencia en los proyectos finales de este año de los alumnos de último año: “empatía”.
Muchos otros proyectos se enfocaron en ayudar a los compañeros y a las futuras generaciones que se educarán en New Haven.
“Ya es hora de que aprendamos de verdad a mejorar nuestro futuro en la escuela, porque pronto seremos nosotros los que tomemos las riendas”, dijo Rodríguez.