Por Paul Bass
La familia Ferraro está mudando el mercado que comenzó en New Haven en 1952, trasladándolo a los suburbios y dejando a inquilinas de viviendas públicas como Yelissa Martinez y Gladys Lugo, sin un lugar de fácil acceso para comprar comestibles.
El Ferraro’s Food Center abandonará su actual ubicacion en la Avenida Grand el 24 de diciembre, según Victoria Ferraro, parte de la tercera generación de la familia y quien ayuda en la administración del mercado que Sal Ferraro comenzó en 1952.
El mercado reabrirá al lado de Target, en el Universal Drive de North Haven el próximo mes de febrero, dijo.
Sal Ferraro abrió su negocio con el nombre Mohawk Market pero en State Street en 1952 (tal como aparece en la foto, el 1 de mayo de 1970, cuando, al igual que otros negocios del centro de la ciudad, cerró debido a la temida violencia callejera relacionada con las protestas por el juicio por asesinato de un miembro de los Black Panther). El negocio se mudó a su actual ubicación, en Grand Avenue, en los años 70.
Victoria Ferraro dice que el barrio se ha vuelto demasiado peligroso para muchos de sus clientes, que llegan en vehículo desde otros barrios o desde los suburbios. En septiembre y octubre hubo tiroteos diarios en la Avenida Grand, justo enfrente del establecimiento.
“Claro que es un sentimiento agridulce”, dijo al referirse al cambio hacia un lugar fuera de la ciudad. “Los últimos dos años han significado cambios. La zona se está poniendo más difícil para nosotros. Trabajo con muchos miembros de la familia, así como mis hermanas, que vienen habitualmente a ayudar a mi mamá. De todas maneras, seguiremos estando muy cerca de New Haven”.
Su tío, que es copropietario de la tienda Peter Ferraro, dijo que la situación de crímenes no era el factor principal para la mudanza, sino más bien el deseo de “reducir” el espacio actual de 20.000 pies cuadrados, al nuevo de 6.400. La nueva ubicación se centrará principalmente en la marca registrada de Ferraro para atraer con sus carnes.
“No creo que vayamos a perder negocios” en North Haven, predijo Victoria Ferraro. “En cambio, creo que ganaremos mucho”.
De hecho, algunos clientes entrevistados fuera de la tienda el lunes, ninguno de los cuales estaba enterado de que el negocio se iba a mudar, dijeron que, si era necesario, manejarían hasta North Haven para seguir comprando en el nuevo local de Ferraro’s.
A alguien que preguntó, le dieron las mismas dos razones por las que van a Ferraro’s: “Las carnes” y los precios más bajos. Peter Ferraro dice que esos precios se consiguen porque el mercado compra mucha carne a granel. (Tiene un negocio de distribución de “Meat King” para los mercados de toda la región.)
Flor Bernier, por ejemplo (en la foto), está dispuesto a conducir hasta North Haven para seguir comprando pollo y chuletas de cerdo, a pesar de que vive muy cerca de la tienda actual en Woolsey Street. C-Town, que está cerca de él, en Fair Haven, vende muy caras sus carnes, dijo.
Herbert Russell, que se desplaza desde Dixwell hasta el mercado, pasando por Stop & Shop, dijo “Voy a ir donde pueda encontrar carne, no tengo problemas yendo a North Haven. De todos modos, allí se encuentra de todo”.
“No me importa hacer el viaje”, dijo Arkisha Smith quien, durante décadas, ha estado viniendo regularmente a Ferraro’s desde Valley Street. El lunes estaba comprando muslos de pavo y salchicha italiana, para prepararse para el Día de Acción de Gracias. “Ahí venden lo mejor de la ciudad”, dijo.
James Dudley, fotografiado durante una pausa laboral, dijo que espera adaptarse al cambio con la mudanza del mercado. Después de quedar sin trabajo como chef en Wilbur Cross High School por la pandemia, consiguió trabajo en la sección de lácteos de Ferraro y le agrada la ocupación. Vive al final de la calle en James Street. Ha sido cliente de la tienda desde que se mudó a Grand Avenue, donde creció, al otro lado de la calle, en el complejo de viviendas públicas Farnam Courts.
Ese complejo de viviendas ha sido reconstruido y rebautizado como Mill River Crossing. Algunos de sus inquilinos, como Yelissa Martínez y Gladys Lugo (en la foto), no podrán comprar en el nuevo North Haven Ferraro’s. Porque no tienen carro.
En su hogar viven seis personas. Así que diariamente cruzan la calle para recoger la compra en Ferraro’s. ¿Qué podrán hacer ahora?
Martínez se encogió de hombros. Tendrán que encontrar una forma de comprar en Fair Haven C-Town, pensó. Echará de menos la comodidad, sin mencionar los bajos precios de la carne.
“Eso no nos conviene”, terminó diciendo.
En la foto James Wilson: “Esto me apena. Vivo al final de la calle y me encantan los hot dogs y las hamburguesas. Ha sido cliente de Ferraro’s por 20 años.
En la foto: “Este es el mercado ideal para comprar carne”: Stephanie Cruz (en la foto con su hija Jayda) maneja desde Hill para llegar a Ferraro’s, pero dice que North Haven le va a quedar demasiado lejos.