Agentes federales de inmigración detuvieron el lunes por la mañana, a una mujer de 24 años de Fair Haven en la calle Elm Street, cerca del tribunal.
“Esto es muy doloroso para mí. Es como estar muerto,” dijo entre lágrimas, su esposo.
Un agente del orden público al tanto del tema, confirmó el martes que agentes federales habían detenido a la mujer, llamada Gladys Samanta Tentes-Pitiur, una inmigrante ecuatoriana y madre de dos niños.
Ella tenía una audiencia judicial por su caso penal en curso, luego de su arresto en mayo, por un delito grave de riesgo de lesiones a un menor. Ella aún no se ha declarado culpable o inocente, y había salido en libertad bajo fianza de 10 000 dólares.
“Quiero estar con ella aquí»”, dijo el marido de Tentes-Pitiur.
Según su marido, que prefirió el anonimato, Tentes-Pitiur fue detenida por la policía municipal mientras llevaba a su hijo de seis años al colegio, situado a unas cinco manzanas de distancia, tras dejar a su hijo de cinco años solo en su casa de Fair Haven. Dijo el marido, que el menor de cinco años dormía cuando ella salió de la casa y cuando despertó, salió a montar en bicicleta. Dijo que la policía la vino a arrestar cuando regreso de dejar al otro niño en la escuela.
El marido dijo que trabaja como jornalero, buscando trabajo en un Home Depot cercano. Dijo que su mujer permanecía en casa con los niños.
Cuando se le preguntó sobre el relato del marido sobre el arresto, el jefe de policía Karl Jacobson respondió, “Creo que fue más que eso”. “Sé que fue arrestada por riesgo de causar lesiones más de una vez, pero no dispongo de registro oficial relacionado con el asunto”.
No había ninguna orden judicial sobre el caso, ya que la policía detuvo a Tentes-Pitiur inmediatamente y el Departamento de Policía de New Haven no ofreció un informe policial a tiempo para este artículo.
(Actualización): El miércoles por la tarde, Tricia McLaughlin, Subsecretaria de Asuntos Públicos del Departamento de Seguridad Nacional, envió un comunicado por correo electrónico a The Independent, confirmando que el ICE arrestó a Tentes-Pitiur en New Haven el lunes.
McLaughlin escribió que Tentes-Pitiur ingresó al país el 24 de noviembre de 2023. Destacó el arresto de Tentes-Pitiur y se refirió a ella como una “inmigrante ilegal delincuente” (The Independent no pudo encontrar antecedentes penales por los que Tentes-Pitiur haya sido condenada).
McLaughlin también criticó a la Policía de New Haven, declarando: “En lugar de entregarla al ICE, la policía local la liberó y la reintegró a las comunidades estadounidenses”. De acuerdo con la política del departamento local y la orden ejecutiva de “Ciudad Acogedora” de la ciudad, la policía de New Haven limita su cooperación con los funcionarios federales de inmigración.
“Ella no está bien”
Una fotografía del Tentes-Pitiur, proporcionada por su marido.
Según el marido, la última audiencia de Tentes-Pitiur se tuvo que posponer porque ella tuvo que ser operada de urgencia para extirparle la vesícula biliar.
El juicio se había reprogramado para el lunes a las 10 de la mañana. El marido llevó a su mujer al juzgado de Elm Street. La dejó cerca y se alejó no más de dos semáforos buscando estacionamiento.
En esos minutos, tres agentes federales rodearon a Tentes-Pitiur cerca del juzgado de Elm Street, frente a la sucursal Ives de la Biblioteca Pública Gratuita de New Haven.
Al menos uno de los agentes vestía un uniforme de la ATF (Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos), una agencia que colabora con el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE).
Poco después, algún testigo anónimo, colocó en Reddit, una foto del arresto de la mujer por los agentes federales. La imagen circuló entre los activistas por los derechos de los inmigrantes.
«Tenemos que empezar a organizar a la gente», dijo John Jairo Lugo, activista de Unidad Latina en Acción. “Están secuestrando gente”. Dijo que se propone dar a conocer una línea telefónica de asistencia local: (475) 323 9413, para que quienes presencien algo puedan llamar e informar a los vecinos sobre la actividad de ICE en la ciudad.
Mientras la fotografía se hacía viral en Internet, el marido recibió una llamada de su esposa. “Ella no está bien. Lloraba”, dijo en español, durante una entrevista el martes con the Independent. Cree que la llevaron primero a Hartford.
Al día siguiente, ella volvió a llamar. Ella lo llamó desde un número desconocido con prefijo de Massachusetts, pero no pudo devolverle la llamada. Recordó que ella dejo no saber dónde estaba. Que los agentes la habían llevado a un lugar a cinco horas y que se encontraba a tres horas de distancia del lugar donde finalmente quedaría detenida.
Dijo que no sabe si ella tiene la medicación necesaria para su recuperación de la cirugía de la vesícula.
Dice que ya explicó la situación a los niños. El mayor es el más afectado, pero intenta tranquilizarlos diciéndoles que ella estará bien. Los niños han estados jugando con los primos y así se distraen.
No es la primera vez que agentes federales de inmigración arrestan a una madre de New Haven.
Desde Ecuador a New Haven
Según el marido Tentes-Pitiur, la pareja se conocía desde hacía aproximadamente diez años. Se conocieron en su país natal, Ecuador. Dice que está en New Haven desde hace dos años y la esposa desde hace un año.
Dijo que abandonaron Ecuador en busca de asilo debido en parte a la persecución porque su familia es parte del pueblo indígena shuar. El marido dijo que huyeron tras ser amenazados y temiendo por su seguridad.
“No quiero ser deportado” dijo. “Somos víctimas de discriminación”.
Durante cuatro meses, el marido cruzó por cinco países, Colombia, Panamá, Nicaragua, Guatemala, México, hasta finalmente llegar a Estados Unidos.
Su esposa le siguió con los dos niños. Mientras cruzaban por México, según contó el marido, fueron secuestrados por un grupo criminal para obtener dinero, algo cada vez más común que afecta a los migrantes que viajan por México.
Los secuestradores mantuvieron a Tentes-Pitiur y a sus hijos en una casa desocupada, dijo el marido. “Me torturaron psicológicamente”, dijo, llorando al recordar que los secuestradores exigían un rescate que él no podía pagar. Eventualmente, dice que su esposa y los niños lograron escapar a través de un agujero en la casa. Desde una casa vecina la ayudaron y en una motocicleta, el vecino de aquella casa, los llevo a la estación de autobuses, dijo el marido. Así siguieron hasta New Haven. “Quiero estar con ella” termino diciendo.
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Norma Rodríguez Reyes y Everangelys Viruet contribuyeron a este informe.